Veracruz.- Con la voz entrecortada y aún asustado, el joven Samuel Jiménez Díaz, quien se dedica a vender raspados en la playa la Bamba de Boca del Río, narra como el día lunes rescató a una familia procedente de la Ciudad de México que estuvo a punto morir ahogada en la zona de escolleras.
Pasadas las 20:00 horas, uno de sus compañeros le gritó que unas personas se estaban ahogando, Samuel corrió hacia el lugar y llamó al 911, pero no entro la llamada, trató de sacarlos atando su cinturón a su camisa, pero no lograba alcanzarlos, dice.
“Me da sentimiento recordar los gritos desesperados de la niña”, recuerda entre lágrimas, Samuel, “no me sueltes, no me dejes morir”, le decía la niña.
Él afirma que Dios estuvo en ese momento de su lado, para permitirle sacar a la niña, al niño y a su papá del agua; asegura que sabe nadar, pero que en esa zona de escolleras hay pozas y las olas son muy feroces.