Eric Ingram, de 31 años, suele moverse por el mundo en su silla de ruedas. El director ejecutivo de SCOUT Inc., una empresa de componentes para satélites inteligentes, nació con síndrome de Freeman-Sheldon, un padecimiento extraño que le afecta las articulaciones y le frustró el sueño de ser astronauta. Se postuló y fue rechazado, dos veces.

No obstante, esta semana, a bordo de un vuelo en un avión especial, dio vueltas en el aire sin esforzarse ni tocar nada. Ingram se percató de que era más fácil moverse en el entorno de gravedad cero simulada donde necesitó muy pocas herramientas para ayudarse.

Dentro de una simulación de gravedad lunar en el vuelo la cual es más o menos una sexta parte que la de la Tierra, descubrió algo todavía más sorprendente: por primera vez en su vida, pudo ponerse de pie.

“De verdad fue muy raro”, comentó. “Tan solo el acto de pararme tal vez haya sido casi tan extraño para mí como flotar en la gravedad cero”.

Ingram fue uno de los doce pasajeros con discapacidad que el 17 de octubre nadaron a través del aire, a bordo de un vuelo parabólico, en un experimento realizado al sur de California para poner a prueba cómo le iba a la gente con discapacidades en un entorno de gravedad cero. Los vuelos parabólicos, los cuales se realizan dentro de la atmósfera de la Tierra en arcos alternados, permiten que los pasajeros experimenten la gravedad cero en arcos ascendentes durante ráfagas breves y repetidas y son una parte común del entrenamiento para los astronautas.

Una foto proporcionada por AstroAccess / Zero G Corporation de Eric Ingram, el director ejecutivo de una empresa de componentes de satélites que suele estar en silla de ruedas debido al síndrome de Freeman-Sheldon, durante un vuelo parabólico de gravedad cero el 17 de octubre de 2021. Un grupo de Las personas con una variedad de discapacidades probaron sus habilidades y tecnologías durante el vuelo de investigación, con el objetivo de demostrar que pueden ir al espacio de manera segura. (Al Powers / AstroAccess / Zero G Corporation vía The New York Times)

El vuelo fue organizado por AstroAccess, una iniciativa sin fines de lucro que busca que los vuelos espaciales sean accesibles para todos. Aunque desde el inicio de los vuelos espaciales en la década de 1960 han ido al espacio unas 600 personas, durante mucho tiempo, la NASA y otras agencias espaciales han restringido el trabajo de los astronautas para una fracción minúscula de la humanidad. En un inicio, para ser astronauta, la agencia estadounidense tan solo elegía hombres blancos en buena forma física e, incluso cuando la agencia amplió sus criterios, de todas maneras siguió seleccionando a gente que cumplía ciertos requisitos físicos.

Eso le bloqueó el camino al espacio a mucha gente con discapacidades, pues se pasaron por alto los argumentos según los cuales las personas con discapacidades podían ser excelentes astronautas en algunos casos.

Sin embargo, el aumento de los vuelos espaciales privados, con financiamiento de multimillonarios y con el apoyo de las agencias espaciales gubernamentales, está creando la posibilidad para que un grupo mucho más amplio y más diverso de gente pueda hacer viajes a los límites del espacio y más allá. Y quienes tienen discapacidades buscan ser incluidos.

Los participantes en el vuelo de AstroAccess arguyen que los problemas de accesibilidad se deben tomar en cuenta ahora con la llegada de los viajes espaciales privados y no después, porque actualizar el equipo para que sea accesible tardará más tiempo y costará más dinero.

La Administración Federal de Aviación tiene prohibido crear regulaciones de seguridad para vuelos espaciales privados hasta octubre de 2023. Las iniciativas como AstroAccess buscan ser una guía para que las agencias gubernamentales aborden la accesibilidad en los vuelos espaciales.

Es crucial que podamos avanzar en ese proceso regulatorio y evitar que la desinformación, la falta de información o la falta de datos produzcan malas reglas que le impidan a alguien con discapacidades volar en uno de esos viajes, comentó Ingram.

Una foto proporcionada por Zero Gravity Corporation del fallecido físico Stephen Hawking, quien sufrió una paralización progresiva por esclerosis lateral amiotrófica (ELA) de inicio temprano, durante un vuelo parabólico de gravedad cero en 2007. Un grupo de personas con una variedad de discapacidades probaron su habilidades y tecnologías durante un vuelo de investigación el 17 de octubre de 2021, con el objetivo de demostrar que pueden ir al espacio de manera segura. (Steve Boxall / Zero Gravity Corporation vía The New York Times) 

El grupo también espera que al hacer todo accesible desde el principio se puedan producir nuevas innovaciones espaciales útiles para todos, independientemente de las discapacidades.

Por ejemplo, Sawyer Rosenstein, otro pasajero de AstroAccess, no tardó en recordar cómo las aleaciones metálicas ligeras que se usan en su silla de ruedas son un derivado de las innovaciones de la NASA. Rosenstein, de 27 años, ha estado paralizado de la cintura para abajo desde que sufrió una lesión en la secundaria.

Rosenstein, a quien también le fue prohibido viajar al espacio, se convirtió en un periodista que suele reportar sobre el espacio, incluido un pódcast, “Talking Space“.

Durante el vuelo de AstroAccess, Rosenstein usó un traje de vuelo modificado especialmente con una correa que podía tomar para doblar las rodillas y maniobrar las piernas.

Tuve el control de mí mismo y todo mi cuerpo, comentó Rosenstein. “Es casi indescriptible tener esa libertad después de que te la quitaron desde hace tanto tiempo”.

Rosenstein también se percató de que era más flexible en la gravedad cero, donde por fin pudo poner a prueba todo su rango de movimiento. Y el dolor crónico que suele experimentar en todo su cuerpo desapareció durante el vuelo, agregó. Al igual que Ingram, Rosenstein también pudo ponerse de pie por sí solo. Ambos sugirieron que sus experiencias apuntan a que la gravedad cero o una gravedad reducida podrían usarse en potenciales aplicaciones terapéuticas.

Agencia Espacial Euorepa se prepara para aceptar astronautas con discapacidades

Con tan solo unas pocas modificaciones para cada tipo de discapacidad, Ann Kapusta, la directora de comunicaciones y la misión de AstroAccess, mencionó que decenas de participantes en el vuelo tuvieron una tasa de éxito de alrededor del 90 por ciento para regresar a sus asientos después de quince pruebas: doce en gravedad cero, dos que imitaron la gravedad lunar y una que copió la gravedad marciana.

Una foto proporcionada por AstroAccess / Zero G Corporation, muestra a Centra Mazyck, un parapléjico incompleto, durante un vuelo parabólico de gravedad cero el 17 de octubre de 2021. Un grupo de personas con una variedad de discapacidades probaron sus habilidades y tecnologías durante el vuelo de investigación. , con el objetivo de demostrar que pueden ir al espacio de forma segura. (Al Powers / AstroAccess / Zero G Corporation vía The New York Times)

AstroAccess llevó a cabo estas pruebas cada una con una duración de 20 a 30 segundos para garantizar que la gente con discapacidades pudiera ir en una vuelo suborbital, como el que realizó Jeff Bezos en julio, y llegar seguros a sus asientos en el tiempo limitado que se tiene antes del reingreso. Este entrenamiento es típico para los vuelos suborbitales, pero no para los vuelos orbitales, los cuales no tienen el mismo límite de tiempo antes del reingreso.

La calma relativa del vuelo sorprendió a algunos miembros del equipo, entre ellos Tim Bailey, director ejecutivo de Yuri”s Night, una organización sin fines de lucro que se enfoca en la educación espacial y patrocina AstroAccess. Bailey dijo que al principio le inquietaba que las personas con discapacidades fueran más frágiles y requirieran precauciones médicas adicionales.

La moraleja más importante que me llevé de esto es que mi reacción inicial de “Ay, Dios mío, esto va a ser difícil” era equivocada, dijo. “No necesitaron muchas cosas adicionales”.

Además de los trajes espaciales modificados para que los pasajeros con discapacidad tuvieran movilidad, los investigadores probaron sistemas especiales de iluminación para pasajeros sordos y dispositivos Braille y de navegación para pasajeros ciegos.

Para moverse por el avión como una persona ciega, Mona Minkara, de 33 años, probó un dispositivo ultrasónico y un dispositivo háptico, o vibrador, los cuales le señalaban cuando se acercaba a los muros del avión u otros objetos. Sin embargo, para ella, el dispositivo más útil fue el más sencillo: un bastón extensible.

Para mí, lo sorprendente fue que, en algunos puntos, sabía exactamente dónde estaba y hacia dónde estaba orientada, dijo.

Minkara, bioingeniera de la Universidad Northeastern en Boston, señaló que hacer naves espaciales donde puedan moverse las personas ciegas también ayudaría a mantener a salvo a otros astronautas si se va la luz durante una emergencia en la nave.

Una foto proporcionada por AstroAccess / Zero G Corporation de Mona Minkara, una bioingeniera ciega que estaba probando dispositivos ultrasónicos y de señalización, durante un vuelo parabólico de gravedad cero el 17 de octubre de 2021. Un grupo de personas con una variedad de discapacidades probaron sus habilidades y tecnologías durante el vuelo de investigación, con el objetivo de demostrar que pueden ir al espacio de manera segura. (Al Powers / AstroAccess / Zero G Corporation vía The New York Times)

Algunas de las personas en el vuelo del 17 de octubre soñaron con ser astronautas profesionales y esperan que esta investigación pueda abrirles la puerta a otras personas discapacitadas para obtener el trabajo.

Este año, la Agencia Espacial Europea anunció que estaba aceptando solicitudes para astronautas de personas con piernas amputadas o con una estatura especialmente baja y espera expandirse para incluir más tipos de discapacidades en el futuro. Courtney Beasley, vocera de la NASA, comentó que en la actualidad la agencia estadounidense no estaba considerando cambiar sus criterios de selección.

En un comunicado, Blue Origin, la empresa que posee Bezos, el fundador de Amazon, señaló que los pasajeros deben satisfacer su propia lista de requisitos funcionales, los cuales pueden excluir de los vuelos a los individuos ciegos, sordos y con discapacidad motriz.

Apurva Varia, de 48 años, es sordo y una de las personas que seguirá siendo excluida por esas reglas.

Las organizaciones espaciales nos dijeron que no podemos ir al espacio, pero, ¿por qué? Demuéstrenme por qué no, opinó.

En noveno grado, Varia recuerda haber visto por televisión el lanzamiento de un transbordador espacial. El canal no tenía subtítulos, así que Varia no entendía qué era el transbordador ni por qué había gente sentada adentro y vestida con trajes de color naranja. Cuando el conteo llegó a cero, comentó que quedó asombrado de ver como una explosión lo lanzó al cielo y desapareció.

Poco tiempo después, Varia le escribió una carta a la NASA para preguntar si él podía ser astronauta. Recibió una respuesta de la NASA que le decía que no podía aceptar astronautas sordos en ese momento.

Varia terminó por obtener varios grados de ingeniería avanzada y ha trabajado para la NASA durante dos décadas dirigiendo misiones espaciales y ayudando en el diseño de sistemas de propulsión para satélites.

Una foto proporcionada por AstroAccess / Zero G Corporation de los pasajeros de un vuelo de gravedad cero, desde la izquierda, última fila: Mary Cooper, Cheri Wells-Jensen, Eric Shear, Apurva Varia, Sina Bahram, Zuby Onwuta, Mona Minkara, Viktoria Modesta; y primera fila: Sawyer Rosenstein, Dana Bolles, Eric Ingram y Centra Mazyck, en Long Beach, California, el 17 de octubre de 2021. El grupo, que tiene una variedad de discapacidades, puso a prueba sus habilidades y tecnologías durante un vuelo de investigación el .17, 2021, con el objetivo de demostrar que pueden ir al espacio con seguridad. (Al Powers / AstroAccess / Zero G Corporation vía The New York Times)

El 17 de octubre, se acercó un poco más a su sueño. Se encontró rebotando en los muros y los techos mientras intentaba comunicarse en lengua de señas estadounidense y beber una gran burbuja flotante de agua, la cual le explotó y le salpicó en el rostro.

Fue una experiencia de otro planeta, comentó. “Espero ir al espacio algún día”.

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CAZ

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