Ciudad del Vaticano.- Un obispo católico galardonado con el Premio Nobel de la Paz ha sido acusado en un artículo en una revista holandesa de abuso sexual de varones menores en Timor Oriental en los años 90. La revelación remeció a la Iglesia Católica en la nación del sureste asiático y obligó a funcionarios del Vaticano y la orden religiosa del obispo Carlos Ximenes Belo a buscar respuestas.
“La noticia nos dejó en estado de shock”, dijo un funcionario de la arquidiócesis de Dili, Timor Oriental, el jueves a The Associated Press bajo la condición de anonimato. Añadió que la arquidiócesis no podía emitir un comunicado oficial sin permiso del Vaticano.
La Santa Sede confirmó que impuso sanciones disciplinarias a Belo en los últimos dos años luego de conocer las acusaciones de abusos.
El vocero del Vaticano dijo en un comunicado que la oficina encargada de los casos de abusos sexuales recibió denuncias “sobre la conducta del obispo” en 2019 y en menos de un año impuso las sanciones, que incluyen restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, así como la prohibición de tener contactos con menores y con Timor Oriental.
La revista holandesa De Groene Amsterdammer dijo que dos presuntas víctimas, identificadas como Paulo y Roberto, acusan a Belo de abusar de ellos y de otros chicos. Añadió que, según pudo determinar, el gobierno de Timor Oriental, así como funcionarios humanitarios y eclesiásticos, estaban al tanto de los abusos.
“El obispo me violó y abusó sexualmente de mí esa noche”, dijo Roberto a la revista. “Por la mañana, me despidió. Yo tenía miedo porque todavía estaba oscuro. Tuve que esperar antes de ir a casa. También me dejó dinero. Eso significaba que yo debía mantener la boca cerrada. Y para asegurarse de que yo regresaría”.
Belo recibió el Premio Nobel de la Paz en 1996 junto con otro luchador por la independencia y futuro presidente de Timor Oriental, Jose Ramos-Horta, por su campaña para una solución justa y pacífica a la lucha de su país por independizarse de Indonesia, una antigua colonia holandesa.
El Comité Nobel elogió la valentía de Belo al no dejarse intimidar por las fuerzas indonesias. Destacó que mientras trataba de lograr que la ONU organizara un plebiscito para Timor Oriental, sacó clandestinamente del país a dos testigos de una masacre de 1991 para que declarasen ante la comisión de derechos humanos de la ONU en Ginebra.
Al regresar el jueves de la Asamblea General de la ONU, Ramos Horta remitió las preguntas sobre las acusaciones al Vaticano.
“Prefiero esperar nuevas medidas de la Santa Sede”, dijo. “No puedo, no hago, no puedo hacer otro comentario que ese”.
Belo, que se cree reside en Portugal, no respondió a un pedido de entrevista telefónica de Radio Renascença, la emisora de la iglesia portuguesa.
Belo es sacerdote de los Salesianos de Don Bosco, una orden católica con influencia en el Vaticano. El capítulo portugués de los Salesianos dijo en un comunicado que se enteró de la noticia “con gran tristeza y estupor”. El capítulo se distanció de Belo al afirmar que dejó de ser miembro de la orden cuando fue a Timor Oriental.
(Con información de Nicole Winfield, Gantry Meilana y Helena Alves, de la agencia AP)
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