Por Tripp Mickle de The New York Times en exclusiva para AM Guanajuato
Estados Unidos.- Cuando Lyft despidió al 13 por ciento de sus trabajadores en noviembre, Kelly Chang quedó conmocionada al descubrir que era una de las 700 personas que habían perdido su empleo en la compañía de San Francisco.
“Parecía que las empresas de tecnología ofrecían muchísimas oportunidades”, afirmó Chang, de 26 años. “Si conseguías un cargo, lo habías logrado. Era un camino sostenible”.
Brian Pulliam, por otro lado, le restó importancia a la noticia de que la plataforma de intercambio de criptomonedas Coinbase iba a eliminar su cargo. Desde que el ingeniero de 48 años fue despedido de su primer trabajo en la compañía de videojuegos Atari en 2003, asegura que se pregunta una vez al año: “Si me despidieran, ¿qué haría?”.
El contraste entre las reacciones de Chang y Pulliam frente a sus decepciones profesionales ilustra una división generacional que se está volviendo más evidente a medida que la industria tecnológica, la cual se expandió con rapidez durante la pandemia, se decanta por los despidos masivos.
Microsoft afirmó esta semana que tenía planeado eliminar 10 mil puestos de trabajo, cerca del 5 por ciento de su fuerza laboral. El viernes 20 de enero por la mañana, la empresa matriz de Google, Alphabet, afirmó que tenía planeado eliminar 12 mil cargos, es decir, alrededor del 6 por ciento de su total. Estos recortes suceden luego de grandes despidos en otras empresas de tecnología como Meta, Amazon y Salesforce.
Mileniales y miembros de la generación Z, nacidos entre 1981 y 2012, iniciaron carreras tecnológicas durante una expansión de una década en la que los empleos se multiplicaron tan rápido como las ventas del iPhone. Las compañías a las que entraron estaban conquistando el mundo y desafiando las reglas económicas. Y cuando iban a trabajar en lugares que ofrecían viajes en autobús a la oficina y servicios como comida y lavandería gratis, no solo estaban asumiendo un nuevo empleo; estaban iniciando un nuevo estilo de vida. Pocos de ellos habían experimentado despidos masivos.
Los baby boomers
Los baby boomers y miembros de la generación X, nacidos entre 1946 y 1980, en cambio, sobrevivieron a la mayor recesión que jamás haya visto la industria. El estallido de la burbuja puntocom de principios de la década de 2000 eliminó más de un millón de puestos de trabajo. En ese momento, la autopista 101 de Silicon Valley se quedó sin viajeros, ya que muchas empresas cerraron de la noche a la mañana.
Fue una masacre, y duró años”, afirmó Jason DeMorrow, un ingeniero informático que fue despedido dos veces en 18 meses y estuvo sin trabajo durante más de seis meses. “Por muy preocupante que sea la recesión actual, y por mucho que simpatice con las personas afectadas, no hay comparación alguna”.
La brecha generacional en la industria de la tecnología representa un fenómeno más amplio. El año de nacimiento de una persona tiene una gran influencia en los puntos de vista sobre el trabajo y el dinero. Las primeras experiencias personales determinan en gran medida el apetito de una persona por el riesgo financiero, según un estudio de 2011 realizado por los economistas Ulrike Malmendier de la Universidad de California, campus Berkeley y Stefan Nagel de la Universidad de Chicago.
El estudio, el cual analizó la Encuesta de Finanzas del Consumidor de la Reserva Federal de 1960 a 2007, encontró que las personas que alcanzaron la mayoría de edad en la década de 1970, cuando el mercado de valores se estancó, se mostraron reacios a invertir a principios de la década de 1980, cuando el mercado tuvo un auge. Esa tendencia se revirtió en la década de 1990.
“Cuando experimentas tu primer colapso, las cosas cambian”, aseguró Nagel. “Te das cuenta de que suceden cosas malas y que quizás deberías ser un poco más cauteloso”.
La generación X
Para la generación X, el colapso de las puntocom se produjo al principio de sus carreras. Entre 2001 y 2005, el sector tecnológico despidió a una cuarta parte de sus trabajadores, según un análisis de los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales realizado por CompTIA, una organización de educación e investigación tecnológica.
Los despidos que arrasaron la industria fueron peores que la recesión de principios de la década de 1990, cuando el total de empleos en el sector tecnológico cayó cinco por ciento, y que la crisis financiera mundial de 2008, cuando la fuerza laboral se redujo en un seis por ciento.
En 2011, el sector tecnológico inició un auge de contrataciones que duraría una década. Agregó un promedio de más de 100 mil empleos al año y, para 2021, había recuperado todos los empleos que había perdido cuando estalló la burbuja de las puntocom.
Las cifras de empleo corresponden a empresas de software, hardware, servicios tecnológicos y telecomunicaciones, incluidas Apple, Meta, Nvidia y Salesforce. Sin embargo, podrían excluir a algunas compañías relacionadas con la tecnología como Airbnb, Lyft y Uber debido a la ambigüedad en los informes gubernamentales sobre el mercado laboral que clasifican a algunas empresas como servicios al consumidor, afirmó Tim Herbert, director de investigación de CompTIA.
Los mayores incrementos de empleo en el sector tecnológico se produjeron después del inicio de la pandemia, cuando las compañías pisaron el acelerador para satisfacer la creciente demanda. En 2022, el sector agregó casi 260 mil puestos de trabajo, según CompTIA, la mayor cantidad que había añadido en un solo año desde 2000.
Recuperan trabajo
Los aumentos de empleos en la industria de la tecnología continuaron el año pasado incluso cuando también comenzaron a realizarse despidos masivos, aunque no está claro si esa tendencia se extendió hasta este año. Las nuevas oportunidades laborales fueron un factor: casi el 80 por ciento de los trabajadores despedidos afirmaron haber encontrado un nuevo empleo en menos de tres meses, según una encuesta realizada por ZipRecruiter.
“No estamos ante el estallido de una burbuja, estamos viendo cómo la manía de las contrataciones de la pandemia está siendo subsanada”, aseguró Andy Challenger, vicepresidente sénior de la firma de transición profesional Challenger, Gray & Christmas.
El otoño pasado, David Hayden, director de programas con un doctorado en física, supo por su director que sería despedido de nLight, una empresa de semiconductores. Preocupado por cómo le pagaría la matrícula universitaria a su hija mayor, contactó de inmediato a varios reclutadores para concertar entrevistas de trabajo. En diciembre, un mes después de haber sido despedido, comenzó a trabajar en Lattice Semiconductor.
En todas las entrevistas, Hayden, de 56 años, no ocultó que había sido despedido, contó. Su experiencia durante el colapso de las puntocom, cuando logró evitar perder empleos incluso cuando colegas talentosos eran despedidos, le enseñó que los recortes no siempre son racionales.
“La vergüenza de ser despedido ya no existe”, afirmó Hayden. “Las empresas saben que mucha gente talentosa está siendo despedida en este momento”.
‘Fue desgarrador’
Erin Summer, una reclutadora informática en la empresa matriz de Facebook, Meta, solía alardear ante los potenciales empleados que la empresa había sido la más rápida de la historia en ser valorada en un billón de dólares. Contó que siempre promovía las fortalezas de la compañía, incluso el año pasado, cuando el precio de sus acciones se desplomó y su negocio principal, la publicidad digital, tuvo problemas.
Cuando los rumores de despidos comenzaron a circular el año pasado, Summer le aseguró a sus colegas que sus trabajos estaban a salvo, y señaló los más de 40 mil millones de dólares en efectivo que la compañía tenía en el banco. Pero en noviembre, Summer fue una de los 11 mil empleados en ser despedidos.
“Fue desgarrador”, contó Summer, de 32 años, quien ya ha encontrado un nuevo empleo como jefa de reclutamiento de DeleteMe, una empresa emergente que tiene como objetivo eliminar la información de un cliente de los resultados de búsqueda. Sin embargo, confesó que se estremecía cada vez que leía sobre más despidos en el sector de la tecnología.
“Me temo que la situación va a empeorar antes de que empiece a mejorar”, afirmó Summer. “No hay garantías. A mí me despidió la empresa más segura del mundo”.
Un cambio de suerte similar ha plagado a las empresas que venden servicios de software. Las acciones de Salesforce, un líder en la industria, cayeron casi 50 por ciento el año pasado cuando el crecimiento de sus ventas se ralentizó. La compañía había derrochado durante la pandemia: gastó 28 mil millones de dólares para adquirir Slack Technologies. En dos años, pasó de tener 49 mil empleados a 80 mil.
La semana pasada, durante una reunión general para discutir la decisión de la empresa de despedir al 10 por ciento de sus trabajadores, Marc Benioff, director ejecutivo de la compañía, intentó simpatizar con su personal descontento, poniendo los recortes de personal en contexto.
“He pasado por muchos momentos difíciles en esta compañía. Cada pérdida me recuerda a otra anterior”, afirmó, según una grabación de la llamada escuchada por The New York Times. “Obviamente, estamos hablando de despidos. Pienso en los empleados que han muerto. Pienso en las personas que hemos perdido y que nunca quisimos perder”.
Cuando se le preguntó qué consejo tenía para los empleados que estaban ansiosos por el estado de la compañía y por la perspectiva de más despidos, Benioff sugirió que tuvieran “agradecimiento”.
c.2023 The New York Times Company
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