Los Ángeles.- No hay nada que Óscar Rodríguez Zapata disfrute más que recorrer en auto los vastos vecindarios de Los Ángeles en busca de imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Empaca sus cámaras Nikon Z6 II y Fujifilm X100V y toma fotografías de murales, paisajes, fachadas de tiendas y personas en los sectores conocidos como Historic South Central, Eastside y South Bay, en Los Ángeles. Vendedores callejeros, autos con suspensión modificada conocidos como lowriders y vistas panorámicas de la ciudad son sus temas favoritos.

Pero la Guadalupana es su principal musa en Los Ángeles, dijo Rodríguez. Murales, mosaicos y otras ilustraciones sobre la Virgen Morena y santa patrona de México decoran muros de lavanderías, tiendas de licores, minimercados, iglesias, panaderías, taquerías y talleres de reparación de neumáticos.

Donde sea que veas una virgencita sientes seguridad. Sabes que tu pueblo, tu gente, tu raza, están aquí”, dijo Rodríguez, de 35 años, quien creció en el seno de una familia católica pero dice no profesar religión alguna. “Te hace sentir bienvenido”.

En enero se cumplieron 10 años desde que Rodríguez empezó a documentar las imágenes de la Virgen de Guadalupe, primero con su celular por gusto personal, pero después tomó más en serio su pasatiempo, en particular cuando observó que cada vez había menos de las imágenes. A finales de 2017, Rodriguez creó una página en Instagram dedicada a sus fotografías de murales de la Guadalupana a fin de preservarlas. Ahora tiene más de 6.000 seguidores.

Rodríguez se ha concentrado en imágenes de la Virgen que adornan inmuebles derruidos que necesitan pintura nueva, así como en las más coloridas y elaboradas que cubren toda una pared, debido al peligro de que se pierdan debido a la gentrificación y el desplazamiento de las comunidades latinas en Los Ángeles.

La Virgen María “es mucho más que un símbolo religioso”, dice. “Es parte de la comunidad y parte de quiénes somos”.

 

Nuestra Señora de Guadalupe es homenajeada en su día, el 12 de diciembre, en muchas parroquias católicas del sur de California para conmemorar la aparición de la Virgen al indígena San Juan Diego en 1531 en lo que es hoy Ciudad de México. Sin embargo, la Virgen está presente todo el año en numerosos altares y murales en los barrios latinos, y cronistas como Rodríguez la documentan para rendir homenaje a la cultura, la fe y las tradiciones de sus vecinos en Los Ángeles.

Se cree que las imágenes de la Guadalupana evitan actos de vandalismo y brindan “protección a los pequeños negocios propiedad de inmigrantes”, según el libro de 2016 “The Virgin of the American Dream” (La Virgen del sueño americano), del periodista Sam Quinones.

Quinones ha visto a propietarios de negocios encargar que pinten a la Virgen María en las fachadas “en tratos meramente comerciales”, según expuso ante público en abril pasado en el evento “Guadalupe: Holy Art in the Streets of Los Angeles” (Guadalupe: Arte sacro en las calles de Los Ángeles), organizado por el Instituto para Estudios Católicos Avanzados de la Universidad del Sur de California.

Quinones relató que comerciantes palestinos e indios han puesto la imagen de la Virgen en sus muros, y uno de ellos dijo que era “para mostrar a la gente que estoy con ellos… que no soy un extraño”.

Sin ser católico ni religioso —es un reportero que ha cubierto delincuencia y pandillas en Estados Unidos y México— para Quinones la Virgen “suaviza las asperezas de la vida”, y señala que ha visto cómo la gente recurre a ella en medio de la violencia. Cuando comenzó a fotografiarla, dijo, se obsesionó, volteaba para todos lados cuando manejaba por un mercado en un vecindario para ver detectar alguna imagen de la Guadalupana.

Entre sus coberturas noticiosas en México y documentar a la Virgen de Guadalupe en Los Ángeles, Quinones entendió que esas imágenes eran una fuerza motriz para los inmigrantes mexicanos que entraban sin autorización legal a Estados Unidos “para encontrar un camino en este nuevo mundo”.

“Solamente cuentas con tus agallas, ingenio y la Virgen de Guadalupe”, apuntó.

Brenda Perez creó el proyecto Justicia Restaurativa para el Arte a fin de contribuir a la restauración y preservación de lo que describe como “ventanas hacia el paisaje espiritual” de Los Ángeles. Perez, doctorando en psicología, ha investigado cómo los símbolos sagrados indígenas y el arte comunitario pueden ayudar a sanar un trauma y resistir la discriminación.

Cuando pintan encima de los murales con su imagen es un acto sacrílego”, dijo Perez, quien recordó que cubrieron con pintura la imagen de una Guadalupana que se encontraba en el murro de una tienda de licores. “Eso es algo que todos deben respetar porque es cultura”.

Nichole Flores, profesora adjunta de estudios religiosos en la Universidad de Virginia, dijo que los líderes religiosos y políticos deben trabajar para preservar el arte público, incluidos los murales de la Virgen de Guadalupe, que, señaló, “conforman y cimentan a ciertas comunidades”.

Las imágenes de la Guadalupana, sea que estén plasmadas en elaborados murales públicos o exhibidas en taquerías rodantes, santifican los espacios y “nos invitan a pensar en cómo podemos relacionarnos unos con otros para superar nuestras diferencias”, dijo Flores, autora de “The Aesthetics of Solidarity: Our Lady of Guadalupe and American Democracy” (La estética de la solidaridad: Nuestra Señora de Guadalupe y la democracia estadounidense).

Flores ha sondeado cómo las imágenes de la Guadalupana han moldeado a las comunidades chicanas en Denver, Colorado, donde los residentes han utilizado a la Virgen para oponerse a la gentrificación en sus vecindarios.

Ella recordó haber preguntado al artista chicano Carlos Fresquez, que vive en Denver, sobre el significado de su mural de la Virgen en una parte de la tienda de licores. Para el artista, la imagen fue una simple forma “de infundir un sentido de lugar”, dijo Flores, quien agregó que donde quiera que haya una Guadalupana, “sabes que hay presencia de mexicanos, mexicano-estadounidenses y chicanos”.

Hacer un cuadro de ella es una manera de decir “nuestra gente está presente aquí”, indicó Flores. Pintar o cubrir una imagen de la Guadalupana “se siente como una afrenta a nuestra dignidad y personalidad”.

Nydya Mora, una bibliotecaria con formación en planeación urbana que creció en la ciudad de Paramount, en el condado Los Ángeles, dijo que la Virgen de Guadalupe “tenía omnipresencia”.

“Crecí fascinada con la creatividad que ella inspiraba en la gente, la creación de estos murales maravillosos, bellos y únicos”, dijo Mora, de 33 años.

En 2012, cuando estaba por terminar su licenciatura en la universidad Cal Poly Pomona, Mora comenzó a compilar arte callejero relacionado con la Guadalupana; pensaba en crear un libro para mesa de café para su madre católica “en una muestra de aprecio por nuestra cultura”. Su cuenta en Instagram en la que publica sus fotografías descritas como “expresiones artísticas de devoción en Los Ángeles” han atraído a más de 13.000 seguidores. Mora también hizo un mapa en Google con sus vistas de imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Una de sus imágenes más impactantes muestra una estatua de la Virgen en la parte superior de un bolardo en el estacionamiento de un minimercado en Compton. Veladoras y jarrones con flores recargados en el poste adornan el altar.

Una exposición de fotografías tomadas por ella está programada para este año en un museo que se encuentra en el cementerio Forest Lawn Memorial Park, en la ciudad de Glendale.

Mora, que creció siendo culturalmente católica por sin ser religiosa, dijo que la Guadalupana representa lo que más quiere: “A mi mamá, mi cultura y mis ciudades”.

“Verla (a la Virgen de Guadalupe) en las calles de Los Ángeles, es algo que me enorgullece”, afirmó.

Rodríguez coincide con ella. En un sábado reciente de enero, Rodriguez se dirigió con su vehículo a Boyle Heights, en el sector Eastside de la ciudad para fotografía la imagen de la Guadalupana pintada con aerosol al lado de la peluquería Valerio Family.

George Valerio, socio del establecimiento, dijo que encargó el mural en homenaje a la fe católica de su familia y haberse educado como mexicano en la ciudad de El Monte, en el Valle de San Gabriel.

Antes de salir, Rodríguez especificó la calle y el vecindario donde se encontraba la imagen de la Virgen de Guadalupe. El sólo escribir en el pie de foto “Los Ángeles” no capta toda la esencia, dijo.

“Quiero representar a la gente en la comunidad”, manifestó.

JFF 

 

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