Las Fuerzas Armadas y los indígenas del Amazonas cooperaron para dar con los niños que sobrevivieron más de un mes en la selva amazónica, una alianza ejemplar para el futuro, dijo el presidente Gustavo Petro

 

Por: Camila Osorio

Colombia.- La búsqueda ha terminado. “Las comunidades indígenas y las fuerzas militares, conjuntamente, encontraron a los niños 40 días después”.

Así fue como el presidente colombiano, Gustavo Petro, celebró que se hayan encontrado en la selva a los cuatro pequeños —de 13, 9, 4 años, y un bebe de 11 meses— que sobrevivieron a un accidente de avioneta y caminaron perdidos durante más de un mes. Una victoria que parecía imposible cuando se tiene en cuenta la dificultad de seguir con vida en un terreno húmedo donde quienes sobreviven bien son los jaguares, las serpientes o las plantas venenosas. Operación Esperanza se llamaba la misión del Gobierno para encontrarlos.

La cooperación entre los militares y los grupos indígenas, de las zonas de Siona y Araracuara, en la selva amazónica, fue clave para encontrarlos, reveló el presidente. “La articulación entre fuerza militar e indígenas, obviamente ellos conocedores de la selva mucho más que nosotros, fue completamente eficaz, y un ejemplo de lo que puede ser para el país este tipo de alianzas”, añadió Petro.

El comandante de las fuerzas especiales, Pedro Sánchez, explicó recientemente que 184 personas en total estaban “peinando” la selva todos los días, 112 uniformados y 72 indígenas.

El general Pedro Sánchez recibe a indígenas para la búsqueda de los cuatro niños.FERNANDO VERGARA (AP)

“Entienden la selva mejor, saben interpretar muy bien las huellas. Uno de ellos encontró la avioneta”, dijo Sánchez a EL PAÍS sobre sus colegas de búsqueda indígenas. En ese momento encontraron los cadáveres de tres adultos, incluida la madre de los niños, y se dieron cuenta de que los cuatro pequeños podrían seguir con vida. La Fuerza Pública, por su lado, aportó tecnología y distintas estrategias al conocimiento de la zona por parte de los indígenas: colgaron pitos en cintas de construcción para que los niños hicieran ruidos con estos si los encontraban; iluminaron el cielo con faros para llamar su atención; pusieron parlantes con la voz de la abuela, en lengua uitoto, en los que ella le pedía a los pequeños que se quedaran quietos para encontrarles.

“Desde el aire, con dos blackhawk y nueve aeronaves más, hemos lanzado 10.000 octavillas de papel, en español y lengua indígena, con instrucciones para contactar con las autoridades, y kits de comida” dijo Sánchez. Entre los buscadores también había un perro, llamado Wilson, que ayudó a encontrar pistas de los niños en el proceso de búsqueda, pero que se extravió en el camino y aún no ha sido encontrado.

“Gracias al padre creador, a los hermanos indígenas, a las fuerzas militares y a los organismos que apoyaron la búsqueda”, publicó en sus redes sociales la OPIAC (Organización de Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana). “La sobrevivencia de los niños es una muestra del conocimiento y relacionamiento con el medio natural de vida, el cual se enseña desde el vientre de la madre”, añadieron.

La huella de un pie pequeño, un tetero y poco más fueron las señales que encontraron los equipos de búsqueda y que les permitían mantener la esperanza. Hubo momentos en los que pensaban que habían estado a solo 200 o 300 metros de los pequeños, pero entre la densa selva no los habían alcanzado a notar.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, contó que se dieron cuenta de que la comida que lanzaban desde el aire se consumía, y los grupos indígenas decían que, por las señales de ese consumo, debían ser los niños y no animales los que los encontraban. “Eso nos orientó una dirección, casi que ya daban un círculo los menores”, dijo el ministro con respecto al recorrido de los pequeños.

Algunas de las pistas encontradas durante la búsqueda de los cuatro niños desaparecidos en el Guaviare, Colombia.AGENCIAS

Los niños van a ser atendidos ahora por las autoridades de salud, ha dicho el presidente Petro. El 1 de mayo, el día en que los cuatro sobrevivieron a un accidente en avioneta, falleció su madre, Magdalena Mucutuy. Desde ese día los busca en la selva también su padre, Manuel Ranoque, gobernador del resguardo indígena de Puerto Sábalo, quien había salido de su tierra antes que ellos tras recibir amenazas de muerte por parte de un grupo armado.

La familia esperaba reencontrarse y reubicarse en un lugar lejos de las balas. Un accidente truncó ese sueño. Después de 40 días de incertidumbre, Manuel Ranoque podrá finalmente reunirse con sus hijos.

JRL

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