Granada, España.- Los mandatarios de la Unión Europea reconocieron el viernes que así como los aspirantes a miembros deben cumplir criterios estrictos para unirse al bloque, los 27 países miembros también deben trabajar duro para reformar la UE a fin de asegurarse de que pueda funcionar sin problemas con más de 30 naciones.
Aunque Ucrania esperaba un calendario rápido para su adhesión, los 27 mandatarios se negaron a adoptar una fecha objetivo de 2030 para la membresía de Kiev, como había propuesto el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel.
El grupo prometió apoyo inquebrantable al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky el jueves, pero la cumbre terminó señalando que cualquier aspirante a miembro debe completar el largo y tortuoso proceso de la UE basado en méritos que puede durar años o décadas. Se descartaron atajos por razones geopolíticas.
“Los aspirantes a miembros deben intensificar sus esfuerzos de reforma, especialmente en el área del Estado de derecho, en consonancia con la naturaleza del proceso de adhesión basada en el mérito”, decía la declaración conjunta de los líderes. “Paralelamente, la Unión necesita sentar las bases y las reformas internas necesarias”.
El no fijar una fecha límite para los nuevos miembros evitó una brecha en la cumbre entre aquellos que quieren atraer a Kiev y otras naciones aspirantes lo más rápido posible, y otros que quieren que el bloque espere el momento oportuno, iniciando conversaciones difíciles sobre un tema que requiere unanimidad entre los 27 estados miembros.
La mayoría de los países de la UE han sostenido desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 que trabajarán sin descanso para una “unidad duradera” que con el tiempo pueda traducirse en el ingreso de Ucrania al adinerado bloque. Ahora, el siempre recalcitrante presidente de Hungría, Viktor Orbán, insistió en que se debería replantear toda esa idea desde cero.
“Nunca nos hemos expandido a un país que está en guerra. Y no sabemos cuáles son sus fronteras, cuántas personas viven allí”, dijo Orbán a su llegada a la cumbre en Granada, España. “Lo lamento, es difícil traer a esos países a la UE”.
Los gobiernos tendrán que decidir si dar inicio oficial a las conversaciones con Ucrania en diciembre, pero Orbán dijo que el bloque aún no está listo para tomar ese tipo de decisiones.
El presidente húngaro insistió en que aún no se resuelven en su totalidad las consecuencias presupuestarias, además del impacto de la enorme producción agrícola ucraniana en el destino de otros países con importantes sectores agrícolas.
“¿Están listos para eso? ¿Los agricultores franceses están listos para eso? Hay demasiadas preguntas”, dijo.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen insistió en que el mercado único para negocios y comercio era su principal activo, y su expansión beneficiaría eventualmente a todos los involucrados.
“El crecimiento del mercado único siempre es un enorme valor agregado para todos nosotros”, indicó.
Pero Von der Leyen ha insistido en que “la adhesión se basa en los méritos” y sostiene que deben ser los avances de los aspirantes en la adaptación de su legislación a las normas comunitarias los que dicten el ritmo de entrada, y no un plazo arbitrario. El proceso burocrático de adaptación a las miles de normas del bloque puede demorarse más de un lustro.
Hungría, Polonia y Eslovaquia prohibieron el mes pasado la importación de granos y otros productos alimenticios ucranianos de sus mercados, asegurando que las importaciones causaban una reducción en los precios de los productores locales. En respuesta, Ucrania presentó una queja ante la Organización Mundial de Comercio.
El presidente del Consejo Europeo Charles Michel mencionó el año 2030 como un objetivo de integración, dejando en claro que algunos sectores del bloque coinciden con Ucrania en acelerar el proceso, mientras que otros como Orbán quieren pisar el freno.
La primera ministra Kaja Kallas enfatizó las ventajas que recibió su país luego de sumarse al bloque en 2004, pasando de ser un país relativamente pobre hasta convertirse en una nación que está cerca del promedio de la UE en PIB en menos de 20 años.
“A todos nos beneficiaría la expansión”, subrayó.
Y así como los países aspirantes deben impulsar reformas, el bloque también debe reorganizarse a una mayor escala. Eso va desde la reasignación de fondos, convertir a beneficiarios en contribuidores de nuevos integrantes más pobres, y acelerar el proceso de toma de decisiones, hasta reducir el número de decisiones que requieren de unanimidad.
Eso ya ha demostrado ser lo suficientemente complicado para los miembros actuales, especialmente con las reglas de varias décadas que continúan vigentes y que fueron diseñadas en un principio para una docena de países con vínculos muy estrechos.
Así que el desafío actual del bloque es asegurarse de contar con las reformas necesarias para el momento en que los aspirantes estén listos para su ingreso.
“Si los países cumplen todos los criterios, creo que no sería correcto decirles, ‘oh, pero nosotros aún no estamos listos’”, declaró Kallas. “Así que definitivamente nos toca hacer nuestra tarea”.
JFF