Miami.- La actividad económica de Argentina se contraerá en 2023 más que la de cualquier otro país de Latinoamérica, en un contexto de creciente inflación y descontento social que requiere de políticas macroeconómicas creíbles y consenso de las diferentes fuerzas políticas, dijo el viernes el Fondo Monetario Internacional.
El Producto Interno Bruto de Argentina tendrá una retracción del 2.5%, por debajo del crecimiento del 5% registrado en 2022; y del 10,7% de 2021, cuando recuperó gran parte de la inactividad provocada por la pandemia.
“Argentina enfrenta desafíos muy importantes”, expresó Rodrigo Valdés, el director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, y mencionó la elevada inflación y una “delicada situación social”.
Para hacer frente a estos desafíos, indicó, es necesario que las políticas prioricen a los sectores más vulnerables. La pobreza alcanza a más del 40% de los argentinos.
Los otros dos países de la región que registrarán un crecimiento negativo del PBI, o retracción económica, serán Chile, con un 0,5%, y Haití, un 1,5%, de acuerdo con las previsiones incluidas en el informe “Perspectivas económicas: Las Américas” que el FMI presentó en una rueda de prensa virtual desde Marruecos.
Entre los factores internos que han contribuido a la contracción económica, el FMI mencionó la sequía que atraviesa la nación sudamericana.
El organismo multilateral prevé que la inflación promedio del país para el 2023 alcance el 122%, aunque aclaró que eso dependerá de la evolución del tipo de cambio y de los ajustes de la política.
“Los riesgos a la baja siguen dominando las perspectivas, que reflejan la frágil situación económica y social, las incertidumbres relacionadas con las elecciones y la vulnerabilidad a las crisis externas”, indicó el FMI en un párrafo de su informe dedicado a la Argentina. “Se necesitará una fuerte implementación y apropiación del programa respaldado por el FMI, fundamental para salvaguardar la estabilidad y abordar los desequilibrios macroeconómicos persistentes”.
El gobierno informó que la inflación mensual de septiembre ascendió al 12,7% y superó la barrera del 100% acumulado en el año, tras una fuerte devaluación del peso en medio de la campaña electoral para las presidenciales del 22 de octubre. El rubro que más ha subido es el de los alimentos.
En agosto se había reportado una inflación mensual de 12,4%.
En medio de la campaña política, el candidato de ultraderecha Javier Milei, que encabeza las encuestas, ha alentado la compra de dólares al calificar como moneda “excremento” al peso.
La cotización de la divisa terminó cerrando el martes en promedio a 1.025 pesos en el mercado paralelo después de haber llegado a los 1.045 pesos, marcando un nuevo récord. En los días posteriores, el dólar amainó su disparada y el jueves cerró a 980 pesos. Durante la semana, la moneda nacional terminó perdiendo 10% del valor.
Milei ha dicho que el único remedio para poner fin a la inflación es la dolarización, pero Valdés, del FMI, fue cauto sobre eso. Dijo que el organismo financiero internacional es muy respetuoso de las decisiones soberanas de cada país sobre qué sistema monetario y de cambio adopta, y advirtió también que tienen que existir precondiciones y políticas necesarias para que una dolarización sea exitosa.
“Y este es un mensaje muy importante: La decisión (sobre dolarizar) no reemplaza a políticas macroeconómicas sólidas”, aseguró Valdés en la rueda de prensa caso de que se implemente un cambio.
Reiteró también que el FMI ha dialogado con los candidatos presidenciales y que en este momento se ha limitado a escucharlos.
El presidente argentino Alberto Fernández denunció recientemente ante la justicia a Milei por supuestamente haber alimentado la brusca devaluación del peso con sus recomendaciones de evitar el ahorro y las inversiones con la moneda nacional.
Los otros candidatos presidenciales son el ministro de Economía Sergio Massa y a la opositora centroderechista Patricia Bullrich.
JFF