La muerte fue anunciada en Facebook un día después de que ocurrió por Karen Becker, médica veterinaria quien atendió a "Bobi" en varias ocasiones. A pesar de que vivió más de 11 mil días, señaló que ese tiempo nunca sería suficiente para quienes lo amaban

Ciudad de México.- “Bobi”, poseedor del récord Guinness como el perro más viejo del mundo, murió a los 31 años 165 días el pasado 21 de octubre en la casa donde se mantuvo toda su vida, informó Guinness World Records.

Apenas en febrero, el can recibió dicho reconocimiento gracias a la existencia de pruebas de su fecha de nacimiento (11 de mayo de 1992): el registro ante el Servicio Médico Veterinario del Municipio de Leira, Portugal, de 1992, así como su edad verificada con SIAC, una base de datos de mascotas administrada por el Sindicato Nacional de Médicos Veterinarios y autorizada por el Gobierno portugués.

La muerte fue anunciada en Facebook un día después de que ocurrió por Karen Becker, médica veterinaria quien atendió a “Bobi” en varias ocasiones. A pesar de que vivió más de 11 mil días, señaló que ese tiempo nunca sería suficiente para quienes lo amaban.

“Anoche, este dulce chico se ganó sus alas”, publicó.

Al recibir el récord Guinness, “Bobi” se convirtió en una celebridad con fanáticos alrededor del mundo. Cuando cumplió 31 años, más de 100 personas acudieron a su fiesta de cumpleaños desde sitios tan lejanos de Portugal como Estados Unidos y Japón sólo para acompañar al can.

Siempre estuvo bajo el cuidado de la familia Costa en el pueblo de Conqueiros, ubicado en Leira. Pertenecía a la raza rafeiro do Alentejo o mastín portugués, un tipo de perro guardian de ganado cuya esperanza de vida es de 12 a 14 años.

“Corre libre en el puente de arcoiris”, redactó una usuaria en Facebook a manera de despedida.

¿Por qué vivió tanto?

A decir de Leonel Costa, el último tutor de “Bobi”, varios factores podrían explicar su longevidad: vivió en un ambiente calmado, pacífico y alejado de ciudades, nunca fue encadenado ni usó correa, deambulaba libremente en el bosque y la granja de su familia, era muy sociables con otros animales y consumía comida humana sin condimentos. Asimismo, bebía alrededor de un litro de agua al día.

“Buena nutrición, contacto constante con la naturaleza, libertad para descubrir su entorno, atención veterinaria consistente y amor. ‘Bobi’ sabe que es profundamente amado”, resumía Leonel sobre la receta para la vida excepcionalmente larga del can, de acuerdo con Becker.

JFF 

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