Soldados israelíes caminan detrás de un tanque en Gaza

Por Antonio Pita, de El País, para AM Guanajuato

El cerco israelí sobre el hospital de Al Shifa, el más grande de Gaza, se estrecha, con los tanques rodeando el centro médico, principal objetivo de Israel en el norte de la Franja.

Según las autoridades sanitarias del Gobierno de Hamás, más de 30 pacientes, tres de ellos bebés prematuros, han muerto por el bloqueo en los tres últimos días. La situación es tan grave que, Estados Unidos, principal aliado de Israel, ha pedido al Gobierno de ese país que proteja ese establecimiento sanitario.

El presidente Joe Biden ha asegurado que está en contacto con el gabinete de Benjamín Netanyahu para que haya “menos acciones intrusivas en los hospitales”. El lunes, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) anunció que se verá obligada a concluir sus operaciones humanitarias en Gaza en las próximas 48 horas, tras agotarse las reservas estratégicas que conservaba. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, dice que Hamás ha perdido ya el control del territorio.

Mientras la crisis humanitaria se hace más insoportable en la Franja, la tensión aumenta en los distintos frentes de la guerra. Las escaramuzas entre el ejército israelí y la milicia libanesa Hezbolá han experimentado un preocupante incremento, hasta el extremo de que el ministro Gallant amenazó con bombardear Beirut. También han aumentado los ataques contra las fuerzas internacionales en el noreste de Siria, lideradas por Estados Unidos: cuatro, con drones y cohetes, en menos de 24 horas, aunque sin causar heridos.

¿Por qué la importancia del hospital Al Shifa?

En Al Shifa, bajo el cual Israel sitúa el epicentro de la red de túneles que utilizan los milicianos palestinos, aún hay unos 650 pacientes y miles de civiles que se refugian de los bombardeos. El hospital “ya no está funcionando” como tal, ha advertido el director general de la Organización Mundial para la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
 
“La situación es extrema y peligrosa. Van ya tres días sin electricidad, agua y una conexión de internet muy mala que ha afectado gravemente a nuestra capacidad de proveer atención médica básica. Los constantes disparos y bombardeos han exacerbado las condiciones ya críticas”, ha señalado en la red social X, antes Twitter.
 
Un cirujano del centro, Ahmed El Mokhallalati, habla de “cerco completo”. “Han bombardeado los depósitos de agua, los pozos, las bombas de oxígeno. Le decimos a todo el mundo que el hospital no es ya un lugar seguro para tratar pacientes”, señaló a la agencia Reuters. Las autoridades han difundido fotos en las que muestran a una decena de bebés juntos en una camilla cubierta con papel de aluminio para tratar de mantener su temperatura corporal.

Tampoco está operativo Al Quds, el segundo mayor hospital del norte de la Franja, incomunicado y sin capacidad de admitir pacientes tras quedarse sin suministros. Allí, el ejército israelí aseguró este lunes haber matado a “21 terroristas” al responder al lanzamiento de una granada desde la entrada del complejo. El Hospital Indonesio, también en el norte, sigue funcionando, aunque bajo condiciones mínimas, según el Ministerio de Sanidad gazatí.

Beirut en la mira

En Israel, la atención se va desplazando de Gaza a Líbano. Las escaramuzas con la milicia Hezbolá han ido aumentando en los últimos días, en paralelo a la beligerancia de las declaraciones de sus respectivos líderes.
 
El pasado sábado, el ministro de Defensa fue preguntado en una conferencia de prensa cuál sería la línea roja cuyo traspaso por Hezbolá desencadenaría un conflicto abierto. “Si oyen que Beirut ha sido bombardeado, es que se ha cruzado”, respondió Gallant.
 
Los cuatro principales diarios nacionales en hebreo dedicaban ya este lunes sus portadas al denominado “frente norte”, que plantea un dilema a Israel a medio plazo: mantiene evacuados a decenas de miles de residentes de las localidades fronterizas, que no podrán volver a sus hogares sin un acuerdo diplomático previo, a través de mediadores, o una nueva guerra.
 
El portavoz del ejército, Daniel Hagari, apuntó en esta última dirección este domingo, al mencionar de forma vaga en una comparecencia ante la prensa que los militares israelíes tienen “planes de acción para cambiar la situación de seguridad en el norte”.
 
“Hezbolá y el Gobierno libanés son responsables de cualquier disparo desde Líbano. Los ciudadanos de Líbano pagarán el precio de esta temeridad, y por la decisión de Hezbolá de ser el defensor del ISIS (en referencia a Hamás). La situación de seguridad en la que los residentes del norte de Israel no se sienten seguros para volver a sus casas no continuará”, añadió.
 
RSV

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