Roma.- Un tribunal del Vaticano el sábado declaró culpable a un cardenal de malversación de fondos y lo condenó a cinco años y medio de prisión, en una de las varias sentencias dictadas en un complicado juicio financiero que sacó a la luz los trapos sucios del Estado y puso a prueba su sistema judicial.
El cardenal Angelo Becciu, el primer cardenal procesado por el tribunal penal del Vaticano, fue absuelto de otros cargos y otros nueve acusados recibieron una combinación de veredictos de culpabilidad y absoluciones entre los casi 50 cargos presentados contra ellos durante un juicio de dos años y medio.
El abogado de Becciu, Fabrizio Viglione, dijo que respetaba la sentencia, pero que la apelaría.
El fiscal Alessandro Diddi dijo que el desenlace “demostró que teníamos razón”.
El juicio se centró en la inversión de 350 millones de euros realizada por la Secretaría de Estado del Vaticano para convertir un antiguo almacén de Harrod’s en apartamentos de lujo. Los fiscales alegaron que los monseñores y agentes del Vaticano le cobraron a la Santa Sede decenas de millones de euros en honorarios y comisiones y luego la extorsionaron por 15 millones de euros para que cediera el control del edificio.
Becciu, el primer cardenal procesado por el Tribunal Penal del Vaticano, fue acusado de malversación de fondos en dos aspectos del acuerdo de Londres y se enfrentaba a una pena de hasta siete años de prisión.
Al final, fue condenado por malversación derivada de la inversión original de 200 millones de euros en un fondo que compró la propiedad londinense, así como por su donación de 125.000 euros de dinero del Vaticano a una organización benéfica dirigida por su hermano en Cerdeña. También fue declarado culpable de utilizar dinero del Vaticano para pagar a una analista de inteligencia que, a su vez, fue condenada por utilizar el dinero con fines privados.
El juicio había suscitado dudas sobre el estado de derecho en la ciudad Estado y el poder de Francisco como monarca absoluto, dado que ejerce la suprema autoridad legislativa, ejecutiva y judicial y la había ejercido de formas que, según la defensa, ponían en peligro un juicio justo.
JRL