Algunos de los aliados europeos de Israel, presionaron el domingo para lograr un cese del fuego con Hamás, lo que subraya el creciente malestar internacional por el impacto devastador del conflicto en la población civil de Gaza.

 

La iniciativa concertada de los principales diplomáticos europeos se produce antes de la visita a Israel el lunes del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, de quien también se espera que presione a los líderes israelíes para que pongan fin a la fase más intensa de la guerra.

 

Los aliados occidentales de Israel han expresado cada vez más su preocupación por las víctimas civiles y el desplazamiento de 1,9 millones de palestinos —casi el 85% de la población de Gaza, aunque Estados Unidos sigue brindando apoyo militar y diplomático vital a Israel.

 

En un artículo conjunto en el periódico británico The Sunday Times, el secretario británico de Exteriores, David Cameron, y su homóloga alemana, Annalena Baerbock, pidieron un cese del fuego y dijeron que “han muerto demasiados civiles. El gobierno israelí debería hacer más para discriminar suficientemente entre terroristas y civiles, asegurando que su campaña apunte a los líderes y agentes de Hamás”.

 

“Israel no ganará esta guerra si sus operaciones destruyen la perspectiva de una coexistencia pacífica con los palestinos”, dijeron. Agregaron que el cese del fuego debería tener lugar lo antes posible y ser “sostenible”.

 

En una conferencia de prensa con su homólogo israelí en Tel Aviv el domingo, la ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna, también presionó por un cese del fuego.

 

Gran Bretaña ha pedido anteriormente “pausas humanitarias” en el conflicto, pero no llegó a pedir el cese inmediato de los combates. Se abstuvo la semana pasada cuando la Asamblea General de la ONU votó abrumadoramente a favor de cese del fuego.

 

Francia y Alemania apoyaron el llamado a un alto el fuego en la ONU, y el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo en noviembre que Israel no podía combatir el terrorismo matando a personas inocentes.

 

El aumento de la presión diplomática se produce cuando también es probable que crezcan los llamamientos internos para reanudar las negociaciones con Hamás, tras el asesinato de tres rehenes israelíes a manos del ejército el viernes.

 

La guerra ha matado a más de 18.700 palestinos, según fuentes palestinas, que no distinguen entre civiles y combatientes.

 

El ataque de Hamás el 7 de octubre al sur de Israel, que desencadenó la guerra, dejó más de 1.200 muertos, además de decenas de rehenes que aún se encuentran retenidos en Gaza.

 

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