Bruselas.- Jacques Delors, el hijo de un mensajero de un banco de París que se convirtió en el visionario y constructor de una Europa más unificada en su trascendental década como líder de la Unión Europea, murió ayer en París, informó el centro de estudios Instituto Delors. Tenía 98 años.

Para muchos, este socialista y católico francés solemne, pero sumamente ambicioso, era simplemente “Señor Europa”. La UE, que en la actualidad se extiende desde Finlandia hasta Portugal y acoge a más de 500 millones de personas, llegó a ser llamada “la casa que construyó Jacques”.

Durante su periodo como presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, de 1985 a 1995, los países miembros acordaron derribar las barreras que impedían la libre circulación de capitales, bienes, servicios y personas.

Delors también fue clave en la elaboración del anteproyecto de unión económica y monetaria, que condujo a la creación del euro y el Banco Central Europeo.

El euro, considerado por muchos la obra maestra de Delors, es ahora la moneda oficial de 20 de los 27 países de la UE.

Pero en los años previos a su muerte, parte de la obra de Delors se vio amenazada. La crisis griega, evitada a duras penas, sacudió la eurozona, mientras las fronteras de la UE se vieron presionadas por cientos de miles de refugiados y otros migrantes, lo que puso de manifiesto las fisuras del bloque. En 2016, el Reino Unido votó a favor de abandonar la UE en repudio de la “unión cada vez más estrecha” que el expresidente de la Comisión Europea se esforzó por forjar.

La feroz oposición del Kremlin ha frenado la expansión de la UE hacia el este, hacia territorios que antes controlaba Moscú. Y las economías de muchos de los países miembros del bloque parecían estancadas, con tasas de crecimiento persistentemente bajas y millones de personas incapaces de encontrar trabajo.

En unos comentarios que pueden sonar tan actuales hoy como cuando dejó el cargo, Delors advirtió en 1995 a sus compatriotas europeos de que “tenemos un futuro lleno de peligros”.

Entre 1981 y 1984, se desempeñó como ministro de Finanzas de Francia con el presidente Francois Mitterrand antes de que este y el canciller alemán Helmut Kohl lo propusieran para dirigir el poder ejecutivo de la UE.

JFF 

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