Tel Aviv, Israel.- El secretario de Estado, Antony Blinken, llamó el martes a Israel a tomar medidas para proteger a los civiles, permitir la entrada de más ayuda a Gaza y trabajar con líderes palestinos moderados, afirmando que los países de la región solo invertirán en la reconstrucción de Gaza si hay “un camino hacia un Estado palestino”.
El funcionario estadounidense afirmó además que fue “totalmente claro” en que los palestinos deben poder regresar a sus viviendas “tan pronto como las condiciones lo permitan” y que Estados Unidos se opone a cualquier propuesta de reasentarlos fuera del territorio, como la que han mencionado algunos miembros ultraderechistas del gobierno israelí.
Blinken también rechazó el intento de Sudáfrica de acusar a Israel de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, calificando las acusaciones de “infundadas” y afirmando que distraen de la misión de mejorar las condiciones humanitarias en Gaza. Sostuvo que el intento es “particularmente chocante” dado que Hamás y otros grupos palestinos piden abiertamente el exterminio de Israel.
Entretanto, Israel continuó su ofensiva en Gaza, con intensos bombardeos y combates que obligaron a huir a los palestinos y entorpecieron los intentos de los grupos de ayuda a enviar ayuda humanitaria.
Blinken dijo que cuenta con los compromisos de cuatro naciones árabes y Turquía para ayudar a reconstruir Gaza después de la guerra. Sin embargo, esos países también quieren ver el final de los combates en Gaza y medidas concretas para la creación de un Estado palestino junto a Israel, algo que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido que no permitirá.
Sigue habiendo amplias diferencias entre Estados Unidos e Israel sobre cómo se gestionará la Franja de Gaza cuando —y si— sus actuales gobernantes de Hamás sean derrotados. Las autoridades estadounidenses han pedido que la Autoridad Palestina, que ahora gobierna zonas de la Cisjordania ocupada por Israel, asuma el control de Gaza. Los líderes israelíes han rechazado la idea, pero no han presentado un plan más concreto más allá de un control militar sobre el territorio por tiempo indefinido.
“Israel debe dejar de tomar medidas que socavan la habilidad de los palestinos de gobernarse a sí mismos efectivamente”, dijo Blinken en conferencia de prensa el martes tras reunirse con líderes palestinos.
“Israel debe ser socio de los líderes palestinos que están dispuestos a liderar a su pueblo y a vivir lado a lado en paz con Israel”, añadió. La violencia de los colonos, la expansión de los asentamientos, las demoliciones de viviendas y las expulsiones “lo hacen más difícil, no más fácil, para que Israel consiga una paz y una seguridad duraderas”.
Blinken también intenta evitar una guerra abierta entre Israel y el grupo armado libanés Hezbollah. Tras un ataque en Beirut la semana pasada atribuido a Israel que mató al número dos de Hamás, ambos bandos han recrudecido sus intercambios de fuego.
Hezbollah dijo el martes que había atacado con drones explosivos el centro de mando militar israelí en la localidad de Safed, un ataque que se adentraba en territorio israelí más que otros de la milicia libanesa. El ejército israelí dijo que un dron había caído en una base al norte sin causar daños, lo que sugería que había sido interceptado. No identificó la base.
Estados Unidos ha presionado a Israel para que reduzca su ofensiva en Gaza a operaciones más precisas contra Hamás. Pero el ritmo de muerte y destrucción ha continuado prácticamente igual, con varios cientos de palestinos muertos al día, según responsables de salud en Gaza. Israel ha prometido continuar hasta que haya destruido a Hamás en todo el territorio, en respuesta al ataque del 7 de octubre en el que los milicianos mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 250 en el sur de Israel.
Aun así, después de tres meses de combates, Hamás mantiene una firme resistencia.
El ejército israelí dice que ha desmantelado la infraestructura de Hamás en el norte de Gaza, donde amplias extensiones han sido arrasadas. Pero los combates continúan allí contra lo que Israel describe como pequeños grupos de milicianos. La ofensiva se centra ahora en la ciudad sureña de Jan Yunis, donde las fuerzas de tierra llevan semanas combatiendo, y varios campos de refugiados urbanos en el centro de la Franja de Gaza.
“Los combates continuarán durante todo 2024”, dijo el vocero militar Daniel Hagari.
Desde que comenzó la guerra, la ofensiva israelí sobre Gaza ha matado a más de 23.000 palestinos, unos dos tercios de ellos mujeres y niños, y herido a más de 58.000, según el Ministerio de Salud en Gaza, controlado por Hamás. La cifra de muertos no distingue entre combatientes y civiles.
Durante la noche y hasta el martes por la mañana, los aviones de combate golpearon varios puntos de Jan Yunis y sus alrededores, y 57 muertos y docenas de heridos fueron llevados al principal hospital de Deir al-Balah.
Un bombardeo el lunes en la noche golpeó una casa en Deir al-Balah, matando a la madre, tres hijas y tres nietos de Jamal Naeim, un conocido dentista de Gaza. Afuera del hospital, Naeim llevaba un pequeño trozo de tela con todo lo que quedó de una de sus hijas adultas, Shaimaa, quien era dentista también.
“Esta es la doctora Shaimaa, de 27 años. Esto es todo lo que quedó de ella, solo el cuero cabelludo y el cabello”, expresó entre sollozos. Naeim es hermano de Bassem Naeim, una figura política de Hamás, pero él mismo no es miembro del grupo, dijeron vecinos.
Como otros campos de refugiados en Gaza, Nuseirat se construyó para alojar a palestinos expulsados de sus hogares durante la guerra de 1948 en torno a la formación de Israel, y a lo largo de las décadas se ha convertido en una localidad densamente poblada donde viven refugiados y sus descendientes.
Las tropas israelíes han estado adentrándose en varios campos de refugiados cerca de Deir al-Balah, combatiendo con milicianos y lanzando intensos bombardeos y cañoneos contra la zona. Los campamentos fueron originalmente construidos para alojar a los palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus viviendas en la guerra de la independencia israelí en 1948, pero hoy en día son más bien poblados.
La oficina humanitaria de Naciones Unidas, conocida por sus siglas en inglés OCHA, advirtió que los combates en el centro de Gaza dificultaban seriamente las operaciones para distribuir ayuda. Varios almacenes, centros de salud y refugios se han visto afectados por órdenes de evacuación del ejército, señaló. Algunas panaderías en la ciudad central de Deir al-Balah se han visto obligadas a cerrar. Un almacén de Naciones Unidas sufrió un ataque la semana pasada en el que murió un empleado y el ejército detuvo a otros cinco trabajadores, de los que dos seguían retenidos.
El panorama es aún más sombrío en el norte de Gaza, aislado del resto del territorio desde octubre por las fuerzas israelíes. Decenas de miles de personas que permanecen allí enfrentan escasez de comida y agua. La Organización Mundial de la Salud dijo el domingo que no había podido llevar suministros al norte de Gaza en 12 días debido a los bombardeos y a que no habían conseguido que el ejército israelí les garantizara un paso seguro.
OCHA dijo que el ejército había rechazado cinco intentos de enviar caravanas de ayuda al norte en las últimas dos semanas, lo que incluía entregas programadas de suministros médicos y combustible para instalaciones de agua y saneamiento.
Blinken llegó a Israel en plena escalada de enfrentamientos entre Israel y Hezbollah, que se agravó tras el asesinato de la semana pasada del número dos de Hamás, Saleh Arouri, en Beirut.
Hezbollah dijo que el ataque de drones en la base del norte de Israel era una nueva represalia por el asesinato de Arouri y por el de un destacado comandante de Hezbollah en un bombardeo israelí el lunes.
Un dron israelí atacó un auto en el sur de Líbano el martes por la mañana y mató a las tres personas que había dentro, según dijeron funcionarios de seguridad y la agencia estatal de noticias. En un primer momento no había reportes sobre la identidad de los fallecidos.
Israel ha advertido que podría lanzar una campaña militar para poner fin al fuego transfronterizo de los milicianos.
JFF