Una columna de humo marca el lugar donde se produjeron bombardeos israelíes en Jan Yunis, en el sur de Gaza, el 17 de enero de 2024

Rafah, Franja de Gaza.- El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu informó el jueves que ha dicho a Estados Unidos que se opone a la formación de un Estado palestino como parte de cualquier escenario de posguerra, subrayando las profundas divisiones entre los aliados cercanos a tres meses del ataque de Israel a Gaza con el objetivo de eliminar a Hamás, el grupo gobernante.

Estados Unidos ha solicitado a Israel que reduzca su ofensiva y ha afirmado que la creación de un Estado palestino debería ser parte del “día después”.

Pero en una conferencia de prensa transmitida a nivel nacional, Netanyahu prometió seguir adelante con la ofensiva hasta que Israel logre una “victoria decisiva sobre Hamás”. También rechazó la idea de un Estado palestino y reveló que había planteado sus posturas a las autoridades estadounidenses.

“En cualquier acuerdo futuro… Israel necesita controlar la seguridad en todo el territorio al oeste del Jordán”, dijo Netanyahu en una conferencia de prensa transmitida a nivel nacional. “Esto choca con la idea de soberanía. ¿Qué puede hacer uno?”

“El primer ministro debe ser capaz de decir no a nuestros amigos”, añadió.

Más de 100 días después que Hamás desatara la guerra con su ataque del 7 de octubre, Israel sigue librando una de las campañas militares más mortíferas y destructivas de la historia reciente, con el objetivo de desarticular al grupo militante que ha gobernado Gaza desde 2007 y recuperar a los rehenes que aún permanecen cautivos. La guerra ha avivado las tensiones en toda la región y amenaza con desencadenar otros conflictos.

Más de 24.600 palestinos han muerto por ataques, alrededor del 85% de los 2,3 millones de habitantes del estrecho territorio costero han huido de sus hogares y Naciones Unidas afirmó que una cuarta parte de la población está muriendo de hambre.

Cientos de miles de personas han acatado las órdenes de evacuación israelíes y se han aglutinado en el sur de Gaza, donde los refugios gestionados por Naciones Unidas están desbordados y se han levantado enormes asentamientos de tiendas de campaña. Israel ha seguido atacando lo que asegura son objetivos de milicianos en todas partes de Gaza, matando con frecuencia a mujeres y niños.

La madrugada del jueves, médicos revelaron que un ataque aéreo israelí contra una casa mató a 16 personas, la mitad de ellas niños, en el poblado de Rafah, en el sur de Gaza.

Talat Barhoum, médico en el hospital el-Najjar de Rafah, confirmó el número de muertos por el ataque y dijo que había docenas de heridos más. Imágenes de The Associated Press tomadas en el hospital mostraban a familiares llorando sobre los cadáveres de sus seres queridos.

“Tenían hambre, se estaban muriendo de hambre y ahora también han sido atacados”, afirmó Mahmoud Qassim, pariente de algunas de las víctimas.

El jueves surgieron imágenes de soldados israelíes haciendo estallar el campus principal de una universidad en las afueras de la ciudad de Gaza en una detonación controlada, una de las múltiples universidades que han destruido. El video, aparentemente tomado con un dron, mostraba una explosión gigante que envolvía el complejo de edificios de la Universidad Al-Israa.

La universidad, una institución privada fundada en 2014, informó en un comunicado que su edificio principal para estudios de posgrado y facultades de licenciatura fue destruido. Detalló que las fuerzas israelíes tomaron el complejo hace 70 días y lo usaron como su base. Se desconoce cuándo ocurrió la explosión y el ejército israelí no ha ofrecido comentarios.

Según Hamás, las fuerzas israelíes han destruido más de 390 escuelas, universidades e instituciones educativas en toda Gaza.

Los servicios de internet y telefonía móvil no funcionan en Gaza desde hace cinco días, la desconexión más prolongada de las que se han producido durante la guerra, según NetBlocks, un grupo que aboga por el acceso a internet. Los cortes complican las operaciones de rescate y dificultan la obtención de información sobre los ataques más recientes y las víctimas.

Por el momento se desconocía si los medicamentos que entraron en el territorio el miércoles como parte de un acuerdo mediado por Francia y Qatar han sido distribuidos entre las docenas de rehenes de Hamás con enfermedades crónicas.

La violencia sacude toda la región

La violencia se ha extendido por todo Oriente Medio: grupos respaldados por Irán han atacado objetivos estadounidenses e israelíes; hay combates de baja intensidad entre Israel y la milicia libanesa Hezbollah en la frontera amenazan con derivar en una guerra total, y los rebeldes hutíes en Yemen siguen atacando la navegación internacional a pesar de los bombardeos aéreos de una coalición encabezada por Estados Unidos.

Irán ha lanzado una serie de ataques con misiles contra lo que describió como una base de espionaje israelí en Irak y bases insurgentes en Siria y Pakistán, que a su vez llevó a cabo una operación en represalia en lo que calificó de escondites insurgentes en territorio iraní a primera hora del jueves.

No estuvo claro si las operaciones en Siria y Pakistán estaban relacionadas con la guerra en Gaza. Pero mostraron la capacidad de Teherán para llevar a cabo ataques con misiles de largo alcance en un momento de creciente tensión con Israel y Washington, que ha ofrecido un respaldo crucial a su aliado en su campaña en la Franja y lanzado sus propios ataques contra grupos aliados de Irán en Siria e Irak.

Israel ha prometido que desmantelará las capacidades militares y de gobierno de Hamás para que nunca pueda repetir el ataque del 7 de octubre que dio inicio a la guerra. Los insurgentes superaron las defensas fronterizas israelíes e irrumpieron en varias comunidades matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a unas 250 más.

Las autoridades israelíes se han comprometido además a llevar de vuelta al país a los más de 100 rehenes que continúan en Gaza luego que Hamás liberó a casi todos los demás como parte de un canje por presos palestinos en noviembre.

Familiares y simpatizantes conmemoraban el jueves el primer cumpleaños de Kfir Bibas, el rehén israelí más joven, con una sombría ceremonia en Tel Aviv. El bebé pelirrojo y su hermano Ariel, de 4 años, fueron secuestrados junto a su madre, Shiri, y a su padre, Yarden, y los cuatro siguen retenidos.

Llega a Gaza medicamento dirigido a rehenes

El acuerdo para enviar medicamentos fue el primero negociado entre las partes en conflicto desde noviembre. Hamás dijo que por cada caja de medicinas destinada a los rehenes, se enviarán 1.000 para los civiles palestinos, además de alimentos y ayuda humanitaria.

Qatar confirmó el miércoles por la noche que el medicamento había entrado en Gaza, pero aún no estaba claro si había sido distribuido a los rehenes, que se encuentran retenidos en lugares secretos, incluidos búnkeres subterráneos.

Tanto Francia como Hamás habían señalado que el Comité Internacional de la Cruz Roja, que ayudó a facilitar la liberación de rehenes, tendría un papel en la distribución de los medicamentos. Pero el jueves, la Cruz Roja aclaró que “el mecanismo acordado no implica que el CICR desempeñe ningún papel en su implementación, incluyendo la entrega de medicamentos”.

Hamás continúa contraatacando en toda Gaza, incluso en las zonas más devastadas, y lanzando cohetes contra Israel. Asevera que no liberará más rehenes hasta que haya un alto el fuego permanente, algo que Israel y Estados Unidos, su principal aliado, han descartado.

El Ministerio de Salud de Gaza sostiene que al menos 24.620 palestinos han muerto desde el inicio de la guerra, alrededor de dos tercios de ellos mujeres y niños, y más de 61.800 han resultado heridos. Indicó que muchos otros muertos y heridos están atrapados bajo los escombros o no han podido ser recuperados debido a los combates. El Ministerio no diferencia entre muertes de civiles y combatientes.

Israel culpa a Hamás del alto número de muertes de civiles porque combate en zonas residenciales densamente pobladas. Israel señala que sus fuerzas han matado a unos 9.000 milicianos, pero sin proporcionar pruebas, y que 193 de sus propios soldados han muerto desde que comenzó la ofensiva terrestre en Gaza.

JFF

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