KANSAS CITY.- Jacob Gooch parecía tener el mejor día del año, estaba con su esposa, hijos y amigos, parte de los miles de aficionados de los Kansas City Chiefs que acudieron a celebrar la victoria en el Super Bowl, cuando escuchó un “pop, pop, pop”, vio escombros volar y gente corriendo hacia él.
En ese momento no se percató que era disparos hasta que tuvo una sensación de quemazón en el pie. Intentó correr, pero colapsó y comenzó a gatear. La gente le preguntó que sucedía y les pidió que se agacharan, que se quitaran. Su esposa estaba ahí y la alcanzó un disparo. ¿Su hija? ¿sus dos hijos? ¿En dónde estaban? ¿Y por qué no podía caminar?
“Eran disparos y había pánico: ‘Oh, ¿nos van a disparar otra vez?’, decía la gente”, recordó el jueves, un día después del desfile. “Tomamos a nuestros hijos y nos cubrimos, no pude ayudar a tomar a la niños y eso me ‘mató’. Me senté y pregunté qué sucedería después”.
Gooch, su esposa y su hijo mayor de 13 años están entre las 23 víctimas del tiroteo al final del desfile, en el que una persona falleció: Lisa López Galván, una DJ de 43 años que presentaba un programa de música tejana en la radio local.
La policía cree que el tiroteo fue resultado de una disputa entre varias personas que se encontraban entre los cerca de un millón de asistentes. Dos menores enfrentan cargos que la fiscalía dijo “son relacionados con portación de arma y resistirse a ser arrestados”. Gooch dijo que su esposa e hija vieron a alguien sacar un arma.
Gooch recibió un disparo en el tobillo que fracturó varios huesos del pie. Su esposa tiene lesiones en la pantorrilla, pero puede caminar. Su hijo mayor tiene una bala en el pie. Los paramédicos los llevaron a una tienda de campaña antes de dirigirse al hospital.
El hombre, de 37 años, vive en Leavenworth, Kansas que se encuentra a 25 millas al norte de Union Station y habló de su experiencia afuera de su departamento, con las muletas recargadas contra la puerta detrás de él. Traía puesta una gorra y camiseta de los Chiefs.