Al menos 18 personas murieron en ataques israelíes en varios lugares de la Franja de Gaza, según médicos y testigos, mientras Estados Unidos indicaba que vetaría otro borrador de resolución de Naciones Unidas reclamando un alto el fuego.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, aspira en su lugar a negociar un acuerdo de cese el fuego e intercambio de rehenes entre Israel y Hamás, y baraja una resolución más amplia sobre el conflicto israelí-palestino. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha opuesto y tacha las demandas de Hamás de “delirantes”, además de rechazar las peticiones internacionales y de Estados Unidos de que se trace una vía para establecer un estado palestino.
Su gobierno emitió una declaración que decía que Israel “rechaza de forma categórica los dictados internacionales sobre un acuerdo permanente con los palestinos” y se opone a cualquier reconocimiento unilateral de un estado palestino, lo que según dijo “otorgaría un gran premio al terrorismo” tras el ataque del 7 de octubre de desencadenó la guerra.
Netanyahu ha prometido continuar la ofensiva hasta la “victoria total” sobre Hamás y expandirla a la localidad más meridional de Gaza, Rafah, donde se había refugiado más de la mitad de los 2,3 millones de palestinos que viven en Gaza huyendo de los combates.
Mientras tanto, el hospital Nasser, el centro médico más importante en el sur de Gaza, ya no podía operar después de que Israel asaltara el recinto a finales de la semana pasada, según dijo el jefe de la Organización Mundial de la Salud.
Un ataque aéreo sobre Rafah durante la noche mató a seis personas, incluidos una mujer y tres niños, y otro ataque mató a cinco hombres en la ciudad sureña de Jan Yunis, el principal blanco de la ofensiva durante los dos últimos meses. Periodistas de Associated Press vieron llegar los cuerpos a un hospital en Rafah.
DMD