Roma.- Una campaña internacional para prohibir la gestación subrogada recibió un importante apoyo el viernes por parte del Vaticano, cuando un funcionario de alto nivel hizo un llamado a establecer una alianza amplia para detener la “comercialización de la vida” dirigida a futuros padres adinerados.
Una universidad afiliada al Vaticano organizó una conferencia de dos días para promover un tratado internacional para prohibir la gestación subrogada, basado en el argumento de los activistas de que la práctica viola las convenciones de la ONU que protegen los derechos de los niños y de la madre sustituta.
El tema es si existe un derecho fundamental para tener un hijo a cualquier costo, o si los derechos de los niños son más importantes que los deseos de los futuros padres.
La conferencia, que también atrajo a representantes de derechos humanos de la ONU y expertos, constituye una aceleración de una campaña que ha encontrado cierto apoyo en algunas partes del mundo desarrollado y Europa occidental. Al mismo tiempo, Canadá y Estados Unidos son conocidos por tener acuerdos muy regulados que atraen a parejas heterosexuales y homosexuales de todo el mundo, mientras que otros países permiten la gestación subrogada con menos reglas.
En enero, el papa Francisco hizo un llamado a prohibir totalmente la práctica en todo el mundo, calificándola como una despreciable violación de la dignidad humana que se aprovecha de las necesidades financieras de la madre sustituta. El jueves, Francisco se reunió en privado con una de las defensoras que piden una prohibición universal, Olivia Maurel, de 33 años y madre de tres.
Maurel nació en Estados Unidos en 1991 por gestación subrogada, y atribuye toda una vida de problemas mentales al “trauma del abandono” que afirma haber experimentado al nacer. Señala que fue separada de su madre biológica y dada a padres que contrataron a una agencia de Kentucky tras experimentar problemas de infertilidad cuando trataron de tener un hijo después de los 40 años.
Maurel dice que no culpa a sus padres y reconoce que hay “muchas historias felices” de familias que usan a madres sustitutas. Pero dice que esto no hace que la práctica sea ética o correcta, aun si está regulada, ya que, afirma, la hicieron sacrificarse “por el deseo de los adultos de tener un hijo”.
“No existe el derecho a tener un hijo”, dijo Maurel en la conferencia en la Universidad LUMSA. “Pero los niños tienen derechos, y podemos decir que la gestación subrogada viola muchos de esos derechos”.
Ella y los defensores de la prohibición afirman que la gestación subrogada es fundamentalmente distinta de la adopción, ya que implica producir a un niño para el propósito específico de separarlo de su madre para que otros lo críen como propio.
JFF