Los testimonios de evidencias acreditan que estos fueron arteramente ultimados y desaparecidos

Ciudad de México.- Alejandro Encinas, Subsecretario de Derechos humanos, Población y Migración, reveló que la Sedena infiltró a un soldado en la Normal de Ayotzinapa para informar sobre las acciones de los estudiantes en septiembre de 2014 y señaló la inacción del Ejército para buscar a su elemento y a los 43 tras su desaparición.

 En la presentación del el informe de la presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, Alejandro Encinas narró que Julio César López fue infiltrado por el Ejército con el fin de informar sobre los actos preparativos de los normalistas de cara a la marcha del 2 de octubre de aquel año.

 “Desde el momento en que se estaban haciendo los preparativos de la movilización de los estudiantes, de cara al 2 de octubre, todas las autoridades estatales, municipales y federales estuvieron realizando el seguimiento y las acciones de los estudiantes. Tan es así que impidieron la toma de los autobuses, pero además la Secretaría de la Defensa Nacional tenía dentro de la Normal al soldado Julio César López, quien estaba realizando informes para la Secretaría de la Defensa Nacional dentro de la Normal.

 “Era el responsable de informar de lo que aconteció en las asambleas de la Normal y de las movilizaciones de los estudiantes e incluso estaba informando de los actos preparatorios de la marcha del 2 de octubre. Este soldado estaba bajo el mando del Teniente de infantería Marcos Macías Barbosa del 27 batallón”, explicó.

 El subsecretario de Derechos Humanos dijo que los reportes del soldado cesaron el día de la desaparición de los 43 y la Sedena no actuó para dar con su paradero como lo marca su protocolo de desapariciones militares; por lo tanto, de haberse hecho, hubiera habido una acción inmediata en la búsqueda también de los 43 normalistas.

 “Se confirma que los mandos militares de la región no realizaron acciones para la protección y búsqueda del soldado Julio César López, lo cual era su obligación. Al filo de las 22:45 horas del 26 de septiembre de 2014, tras los hechos de violencia en la persecución, se dio la orden de desaparecer a los estudiantes.

 “Su último reporte fue al filo de las 10:00 de la mañana de ese día. Y desapareció junto con los otros estudiantes sin que sus mandos hicieran ninguna acción para garantizar su integridad y su búsqueda como lo establece el protocolo para militares desaparecidos. De haberse aplicado (el protocolo de búsqueda) hubiera permitido no solamente proteger la integridad y buscar al soldado, sino a todos los estudiantes”, aseveró.

 Encinas mencionó que gracias a las labores del elemento infiltrado todas las autoridades estatales y municipales estaban al tanto del movimiento de los normalistas y pudieron haber impedido su desaparición.

 “Por eso todas las autoridades estatales y municipales estuvieron informados de la toma de camiones, del traslado de los estudiantes a Iguala, de su llegada al rancho del cura y en la caseta de Iguala, su llegada a la central de autobuses, de los hechos de persecución y de violencia del que fueron objeto.

 “Lo cual, las omisiones en las que incurrió esta autoridad acreditan un nivel de responsabilidad, ya sea por acción u omisión o negligencia, porque de haber intervenido oportunamente con la información que disponían se hubieran impedido la desaparición de los estudiantes”, afirmó.

Caso Ayotzinapa, un crimen de Estado

 Alejandro Encinas llegó a la conclusión de que el caso Ayotzinapa fue un crimen de Estado y que la verdad histórica presentada por el Gobierno de Enrique Peña Nieto ocultó la verdad de los hechos.

 “La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos y a Georgina para la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 constituyó un crimen de Estado en el que concurrieron integrantes del grupo delictivo guerreros unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano. Autoridades federales y estatales del más alto nivel fueron omisas y negligentes existiendo elementos de presunción respecto de alterar hechos y circunstancias para establecer una conclusión ajena a la verdad de los hechos.

 “Concluyo diciéndoles que la creación de la verdad histórica fue una acción concertada del aparato organizado del poder desde el más alto nivel del Gobierno, que ocultó la verdad de los hechos, alteró la escena del crimen, ocultó los vínculos de autoridades con el grupo delictivo y la participación de agentes del Estado, fuerzas de seguridad y autoridades responsables de la procuración de justicia en la desaparición de los estudiantes. En resumen, se trató de un crimen de Estado“, sentenció Encinas.

 No hay indicios de que los 43 sigan vivos

 El subsecretario de Derechos Humanos aseguró que actualmente no hay indicios de que los 43 normalistas se encuentren con vida, pues las evidencias indican que fueron ejecutados.

 “Se confirma la identificación de tres de los 43 estudiantes desaparecidos, y que no hay indicio alguno de que los estudiantes se encuentran con vida. Por el contrario, todos los testimonios de evidencias acreditan que estos fueran arteramente ultimados y desaparecidos.

 “Que tras la salida de la terminal de autobuses de Iguala, en ningún momento los estudiantes estuvieron juntos durante su desaparición, y nunca estuvieron los 43 en el basurero de Cocula“, agregó. 

 

PM

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