Ciudad de México.- La actual Administración ha impulsado una serie de cambios en su política en energía que son contrarias a las tendencias internacionales que van encaminadas a prácticas de transición energética, como energías más limpias y la reducción de emisiones contaminantes.
Para que México logre contar con un mercado energético regulado, con empresas productivas del Estado exitosas y finanzas públicas sanas, es necesario que se impulse un suministro de energía confiable, limpio y asequible, tanto para consumidores como ciudadanos, y de esa forma detonar la competitividad del País, consideró el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En su análisis “La energía que queremos”, se busca señalar la importancia de que México disminuya su dependencia de los hidrocarburos y transite a un mercado más sostenible y competitivo que logre la generación de empleos, la transición energética y la atracción de nuevas inversiones, no sólo en energía, sino también en la industria.
“El País se dirige hoy en sentido contrario a la tendencia mundial que transita gradualmente hacia la descarbonización de las actividades económicas. Revertir este curso no sólo es urgente, sino imperativo para incrementar la competitividad de México, quien puede transitar con éxito de un sector energético anclado en los hidrocarburos a un sector energético competido y una matriz de generación eléctrica diversificada con una menor huella de carbono”, señaló el Instituto.
Para lograrlo, es necesario el respeto irrestricto del Estado de Derecho y un compromiso creíble del Estado mexicano por generar la certeza jurídica que promueva un clima de inversión.
Lo anterior, de acuerdo con el IMCO, propiciaría el desarrollo de infraestructura crítica para el sector, así como el fortalecimiento de las redes de transmisión y distribución.
Ayer, la Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, afirmó que México no puede ir a la par con Estados Unidos rumbo hacia la transición energética, mientras estos países -junto con Canadá- se encuentran en medio de una disputa bajo el T-MEC por las políticas en energía del Presidente López Obrador.
Además, en la semana pasada se informó sobre una segunda fuga de metano en una plataforma marina de Pemex en agosto, de acuerdo con varias imágenes satelitales.
En respuesta, el Instituto propone diversas estrategias en los tres principales rubros del sector rumbo a la transición energética.
En materia de petróleo se contempla reanudar las rondas de licitación para la exploración y extracción de hidrocarburos, así como un rediseño del Fondo Mexicano del Petróleo para lograr mayor estabilización y desarrollo.
También sugirió una estrategia para refinar productos de mayor valor agregado, así como facilitar el otorgamiento de permisos de importación de combustibles.
Respecto al gas, se recomienda incrementar la infraestructura de almacenamiento y transporte de gas natural, así como más permisos de importación y distribución de gas LP.
Mientras que el tema eléctrico, es indispensable que se reanude el otorgamiento de permisos de generación privados, las subasta de largo plazo, emitir las disposiciones para generación distribuida (paneles en techos) colectiva y de almacenamiento eléctricos,nuevas inversiones en transmisión y distribución, y priorizar las inversiones públicas en las áreas de negocio donde la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sea más rentable.
“Las propuestas aquí planteadas son realizables en su mayor parte sin necesidad de modificar la Constitución o el marco legal o regulatorio vigente. México debe optar por el desarrollo sostenible y el crecimiento económico.
“Sin un sector energético dinámico, con competencia, regulación, e inversión pública y privada esto no será posible. El País debe recuperar los años perdidos”, enfatizó el IMCO.
PM
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