Ciudad de México.- Para evitar incrementos por fluctuaciones cambiarias, el Gobierno federal ha optado por reducir la deuda externa y elevar la parte interna, una acción que ha sido bien vista por analistas.
Al cierre de septiembre pasado, la deuda neta total del sector público fue de 13 billones 505 mil millones de pesos y 68 por ciento era deuda interna; en 2018, a inicio del sexenio, era de 63.4 por ciento, de acuerdo con el Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP).
“La expectativa generalizada es que el Gobierno federal va a seguir haciendo lo que en términos de costo financiero sea más eficiente, si ve una oportunidad, yo creo que seguirá con esa misma tendencia y me parece muy responsable”, dijo en entrevista Ricardo Gallegos, director ejecutivo senior de finanzas públicas de HR Ratings.
Explicó que actualmente, hay una planeación y meticulosidad en buscar las mejores condiciones, por lo que esta proporción se mantendrá y si cambia sería por un asunto de administración financiera.
Previamente destacó que el hecho de que la proporción de la deuda interna tenga más peso obedece a que el Gobierno ha obtenido tasas de fondeo más atractivas en el mercado local.
Adriana Hernández, economista y consultora de Finanzas Públicas, opinó que la proporción de la deuda interna ha crecido en el actual Gobierno, ya que tomó la decisión de recurrir más al mercado interno para evitar las fluctuaciones en las tasas.
Sin embargo, sostuvo, la deuda interna se ha contratado a un largo plazo, lo que provoca que se obtengan condiciones menos favorables que hacerlo a corto o mediano plazo porque se protege de condiciones como la elevada inflación.
“Lo que hace es que esa seguridad para no tener un efecto de fluctuación de tasas, este efecto seguro tiene un costo muy alto, evades el riesgo que implica un aumento de la inflación y una desaceleración del crecimiento económico, pero al final es caro”, dijo.
Además, explicó, el Gobierno se ha dedicado a refinanciar deuda interna para pagarla en un mayor plazo.
“Esto tiene un costo todavía más alto, se han dedicado a patear deuda hacia el futuro para evitar que los gastos actuales se vean comprometidos, pero esto tiene un costo para las futuras generaciones”, alertó.
Mencionó que la proporción actual se mantendrá más o menos en la misma proporción durante 2023.
Luis Antonio Andrade Rosas, investigador económico de La Universidad La Salle, consideró que la proporción de la deuda interna se reducirá y se reflejará en el primer trimestre del otro año.
Explicó que la tasa de interés del Banco de México se ubica en 10 por ciento, un nivel muy por encima de las de otros países, lo que hace que no sea tan competitiva.
“Considero que la deuda interna va a aflojar y se va a preferir ir por deuda externa-siempre respetando los derechos de endeudamiento aprobados- porque va a convenir más en materia de tasas.
“Al final el Gobierno va a decir ‘ con la pena’ , porque cuando antes me endeudaba con una tasa de 4 por ciento, ya no es atractivo endeudarme en el mercado interno a un 10 por ciento cuando el sector externo tiene mejores tasas”, dijo.
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