El presidente del Tribunal Electoral federal, Reyes Rodríguez, defendió la elección de jueces y magistrados del Poder Judicial con base en méritos y no el voto popular

Ciudad de México.- El presidente del Tribunal Electoral federal, Reyes Rodríguez, defendió la elección de jueces y magistrados del Poder Judicial con base en méritos y no el voto popular.

Al participar en un congreso internacional sobre ciencia política, sin aludir a la reforma electoral presidencial que se discute en la Cámara de Diputados, el Magistrado Rodríguez remitió a experiencias en otros países que no han logrado los efectos deseados mediante el voto popular.

Citó a encuestas y experiencias empíricas en países como Ecuador, donde la elección de jueces por el voto popular tuvo escasa participación de los ciudadanos, o Estados Unidos, que registra la injerencia de poderes fácticos.

Una de las conclusiones es que la ruta correcta, aunque podemos cuestionarla y replantearla, es que el diseño institucional se tiene que regir por un ingreso basado en el mérito”, señaló.

Además, dijo, se deberían tomar en cuenta los ascensos en la carrera judicial, las condiciones de permanencia, y evaluación constante de los funcionarios y su eficacia en los resultados.

Agregó que, más allá de que en teoría con el método de elección de trate de aislar a los jueces de injerencias externas, donde se ha intentado esto, el resultado no ha sido satisfactorio.

“Es importante el proceso de nombramiento en estos contextos porque los poderes judiciales tienen que servir, por un lado, de contrapeso a los poderes fácticos. Si bien los jueces pueden llegar a ser designados a través de procesos de votación, es importante atender que -aunque parezca una obviedad, pero la investigación empírica así lo demuestra- los poderes fácticos que pueden intervenir o participar en los procesos de designación, ya sea los partidos políticos o las empresas, pueden llegar a capturar a través de impulsar estas carreras judiciales, después incidir en la toma de decisiones”, alertó el magistrado.

En ese sentido, expuso que la aplicación de un modelo que aparentemente garantiza cierta imparcialidad o una mayor separación de los poderes políticos y los poderes públicos, tuvo efectos no deseados.

JRL

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