España.- Madrid está de moda y llega mucha inversión, pero se eleva el riesgo de gentrificación en los barrios y los precios se disparan

Cada vez suenan más acentos del español en Madrid, que se ha convertido en la Miami europea en muy poco tiempo. La capital española rivaliza con la ciudad del sur de Florida, tradicional destino de los millonarios latinoamericanos para expandir sus empresas y dar refugio a su capital. 

“Madrid está de moda en Latinoamérica. Desde la pandemia es muy conocida por haber mantenido la actividad, por sus buenas infraestructuras, transportes y su seguridad. Y porque el Gobierno regional quita trabas a las empresas que se instalen aquí”, saca pecho el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio.

La inversión latinoamericana en la región desde 2008 asciende a 12.044 millones de euros, según la Consejería de Economía. A la capital han llegado en los últimos años acaudalados empresarios venezolanos, mexicanos, colombianos y peruanos, cuyo ritmo de éxodo siempre está marcado por la agitación política en sus países de origen. Madrid les sienta como un guante. 

Comen en los restaurantes de moda de la calle de Jorge Juan, compran ropa y joyas en las tiendas de lujo de Serrano, adquieren viviendas rehabilitadas a una media de 12.000 euros el metro cuadrado y costean las mejores escuelas de negocios para sus hijos. Muchos de estos ricos han fijado su residencia en la ciudad, siendo el barrio de Salamanca —el más caro de Madrid—, su referencia. Allí residen más de 2.000 venezolanos y más de 1.100 colombianos, sobre todo en el área de Goya.

La regeneración de este núcleo y sus edificios ha sido apabullante, pero de forma paralela ha provocado un acusado proceso de gentrificación y encarecimiento de las casas. “El precio en el barrio de Salamanca se ha incrementado un 100 % desde 2013, pasando de 6.000 a 12.000 euros el metro cuadrado”, señala Luis Valdés, director de Residencial en Colliers International. Mar Espinar, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid, opina que “atraer inversión extranjera está bien, el problema es gobernar pensando en esa inversión privada y convertir Madrid en un parque de atracciones, olvidándote del resto de barrios”.

Primer aterrizaje a Miami 

A comienzos de la década de 2000 aterrizaron las primeras fortunas venezolanas (algunas procedentes del chavismo). No es casualidad que el barrio de Salamanca haya sido bautizado como Little Caracas (la pequeña Caracas), según Alberto Pérez Levy, presidente de la Asociación Civil Venezolanos en España. 

Esto generó un fuerte efecto llamada que, en los últimos tres años, ha atraído a mexicanos, colombianos y peruanos con alto poder adquisitivo. Algunos ejemplos son el expresidente mexicano Peña Nieto o los venezolanos Capriles (Gran Roque Capital) y Alejandro Betancourt (Hawkers). También el peruano Paul Mulder, consejero delegado de Emefin (Kiwoko y Tiendanimal), o el brasileño Frédéric Lévy (Havaianas).

Que las grandes fortunas fijen su residencia en Madrid no es más que la consecuencia de la creciente inversión latinoamericana que ha llegado a España en los últimos años. Antes, a ojos del capital hispano, solo existían Miami y Nueva York. 

A las empresas se les había pasado un elefante por delante y no lo habían visto. Hoy, no hay compañía, family offices, start-up o inversor tradicional que no haya aterrizado ya en la capital o se esté planteando hacerlo.

España —Madrid concentra en torno al 70 % de toda la inversión extranjera que llega al país—, es la puerta de entrada a Europa para estas empresas. Es el segundo destino de inversión latinoamericana en el mundo, solo por detrás de EE UU. En la última década, el país acumula inversiones directas por 32.915 millones de euros, con un crecimiento del 99 % de 2010 a 2020, calcula Adrián Blanco Estévez, responsable del departamento Latam Desk en ICEX-Invest in Spain. La inversión acumulada desde 1993, en que se inicia la serie, es de 65.618 millones. 

Es un destino fundamental en la internacionalización de estas compañías y, de hecho, América Latina es ya el cuarto mayor inversor en España”, comenta Carlos Morales, presidente de Madrid Platform, que nace en 2020 con la finalidad de convertir a Madrid en el hub de negocios entre Europa y América Latina. 

Solo en el primer semestre de 2022, la inversión hispanoamericana en España fue de 626 millones de euros, un 179 % más que en el mismo periodo del año anterior, calcula Blanco Estévez. El volumen seguramente es mayor porque hay un gran número de inversiones protagonizadas por family offices latinoamericanos, sobre todo en el sector inmobiliario, donde opera una mayor opacidad y quedan por debajo del radar estadístico. Además, el ICEX contabiliza, a través de datos privados, 23 proyectos de inversión sudamericanos hasta septiembre. “Se va a batir el récord histórico de 24 proyectos”, sostiene Blanco.

México es de largo el mayor país inversor, sobre todo en ladrillo. “El stock de inversión del país en España alcanzó los 38.000 millones de dólares, siendo su principal socio latinoamericano, con 500 empresas y más de 50.000 empleos generados”, según datos de la Embajada de México en España.

Las razones por las que Madrid se ha convertido en una capital no oficial de Latinoamérica son diversas: seguridad personal y jurídica, fiscalidad favorable y estabilidad política y económica. También, calidad de vida, ocio, oferta gastronómica y cultural, clima y vuelos directos de Madrid a Ciudad de México, Caracas o Lima, así como a Estados Unidos y el resto de Europa. Se añade la facilidad para obtener la residencia (en 2020 se concedieron 32 Golden Visa a inversores latinos; en 2021 fueron 41, según el Ministerio de Exteriores). Y, sobre todo, precios más asequibles que en Miami. 

“La vivienda se ha multiplicado por tres o por cuatro en los últimos cinco años”, dice Julio Veloso, socio de Broseta Abogados, con presencia en varios países latinos. “Miami es más caro que Madrid desde cualquier punto de vista y, según el último informe del banco HSBC, los expatriados sitúan a España en el quinto mejor lugar del mundo”, explica Morales.

A esto se une la lengua. “Si dos países comparten idioma, las relaciones de inversión se pueden multiplicar por siete”, según Blanco. Y los lazos históricos y culturales. “Uno de cada cuatro madrileños tiene vínculos directos con América Latina”, de acuerdo con la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid incentiva activamente el título de la Miami de Europa, sobre todo con la bandera de ser “una economía libre y abierta con la menor presión fiscal de España”. Sin embargo, el nuevo impuesto de solidaridad que prepara el Gobierno para las grandes fortunas será un buen termómetro para ver si la inversión se frena. 

“Es percibido como una barrera muy importante y algunos residentes están pensando en dejar el país”, según Joaquín Giráldez, de Broseta Abogados. Disiente Morales: “La seguridad jurídica y personal es mucho más valorada”.

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