Ciudad de México.- El Gobierno federal bloquea la generación de energías limpias de empresas privadas.
Los proyectos renovables de electricidad son los más afectados en el desahogo de nuevos permisos de generación o modificaciones por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
De acuerdo con la última lista de solicitudes, al 10 de noviembre del 2022 se tienen 65 permisos pendientes que, de ser aprobados, sumarían una capacidad instalada de 5 mil 559 megawatts adicionales.
En el periodo referido, la CRE revisó 55 solicitudes de permisos en sus sesiones de órgano de gobierno, de las cuales 33 fueron para negar a privados sus peticiones de generación. La totalidad de solicitudes del sector privado eran para proyectos eólicos y solares.
Los 22 permisos aprobados corresponden a proyectos públicos de gas natural y uno renovable, mientras que en el caso de los privados son dos de gas para empresas con campos petroleros y biomasa de muy poca capacidad.
Dónde más gastan
Entre los de mayor capacidad destacan los desarrollados por la CFE, como el parque solar de Puerto Peñasco; el de la refinería de Dos Bocas, de Pemex, o el del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, para la Sedena.
La lista de permisos renovables pendientes incluye algunos que fueron presentados desde 2019, previo a que se declarara la pandemia.
Desde que inició la actual Administración, el sector eléctrico se ha visto frenado con la cancelación de subastas de energía y el freno al desarrollo de proyectos privados, principalmente de fuentes renovables, por considerar que afectaban la confiabilidad del sistema eléctrico y que iban en detrimento de la CFE.
Óscar Ocampo, coordinador de la práctica de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), dijo que los pocos permisos de privados que son aprobados son para pequeños proyectos de generación.
Si vemos los permisos que no son para el Gobierno, se trata de generación de 10 megawatts o menos, para un ingenio azucarero, permisos muy chiquitos, y pese a las demandas del T-MEC, no hay un cambio de política ni mayor apertura, y parece ser la ruta que pretende seguirse.
Otro año perdido
“Como corte de caja a 2022, se trata de otro año perdido para la transición energética y la expansión de la capacidad instalada en México”, señaló.
A la capacidad pendiente de aprobación en permisos, se suman otros 5 mil 800 megawatts, tan solo de energía eólica, que podrían entrar en operación en el corto plazo.
Unos 800 megawatts son de proyectos ya terminados y que requieren alguna autorización para su entrada en operación comercial; los otros 5 mil ya se están en una etapa avanzada de desarrollo y podrían concluirse rápidamente si se decidiera abrir el sector, según datos de la Asociación Mexicana de Energía Eólica.
Paolo Salerno, socio de Salerno y Asociados, explicó que el freno a nuevos proyectos es un tema político que se ha mantenido a lo largo del sexenio, lo que afecta no solo a los desarrolladores, sino a las empresas que quieren instalarse en el País y que demandan energía confiable.
JRL