Sinaloa.- Habitantes de la comunidad rural de Jesús María que quedaron atrapados en la batalla por la violenta captura de Ovidio Guzmán López, hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán, padecen estrés postraumático, alertó la Secretaría de Salud de Sinaloa.
El Gobierno estatal envió a la comunidad rural brigadas de atención social y de salud para evaluar los daños materiales y definir el plan de asistencia tras el enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y narcotraficantes con armas de alto poder.
Además de la atención de 60 personas lesionadas, las autoridades detectaron que la mayoría de habitantes sufre secuelas mentales por el pánico que vivieron, luego de no poder salir del lugar por indicación militar, atestiguar la batalla, perder bienes, ver personas lesionadas o muertas y quedar incomunicados sin agua ni luz por dos días.
“Lo que más detectamos es estrés postraumático. El día de hoy se enviará una caravana de salud”, dijo en conferencia Cuitláhuac González Galindo, Secretario de Salud estatal.
El pasado 5 de enero, en Jesús María, una sindicatura con unos 5 mil habitantes, se registró el peor escenario de violencia por la captura de Guzmán López, en un operativo que dejó 30 personas muertas, 19 de ellas civiles armados.
En el lugar, la Fuerza Aérea y tiradores del Ejército utilizaron ametralladoras rotativas desde el aire.
Las letales armas Minigun calibre 7,62, con capacidad de ráfaga de 50 tiros por segundo, se emplearon contra las células de Ovidio Guzmán, que también respondieron con alto poder de fuego, como fusiles Barret calibre .50, considerado antiaéreo.
En medio del operativo que comenzó desde la madrugada del pasado jueves pobladores fueron despojados de sus vehículos por hombres armados que además provocaron quemas, en venganza de que ahora sí se detuvo al hijo de Guzmán Loera mientras dormía en el rancho donde nació y creció.
Cuatro días después del operativo llegará la atención psicológica a la comunidad en donde Ovidio Guzmán vivió desde 2019 y se realizará un censo de afectaciones emocionales.
De forma simultánea se comenzará el resane de las paredes impactadas por los balazos y habrá un registro de daños materiales.
En el pueblo hubo mujeres y hombres que vieron morir a sus hijos, personas lesionadas y familias que perdieron sus bienes usados como barreras y trincheras durante el enfrentamiento.
Apenas el 7 de enero, las autoridades visitaron la localidad y el primer acercamiento fue repartir 500 estufas con parrilla y 500 cobijas.
Hay necesidades que está teniendo la ciudadanía. Las necesidades son reales, requieren el apoyo y atención de labor social”, afirmó ayer en conferencia de prensa Cristóbal Castañeda Camarillo, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa.
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