Ciudad de México.- La actividad minera requiere cada vez más agua y en México se desarrolla principalmente en zonas con escasez de líquido.
Tiene a su disposición actualmente el triple de volumen de agua que el concesionados a Ciudad de México para abastecimiento público y representa un importante factor de presión sobre el recursos hídrico.
El director del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), Adrián Pedrozo, explicó que, a nivel global, la minería registra un declive en el volumen del material útil que extrae respecto al suelo que remueve.
Y ahora, alertó, se requieren cantidades mayores de agua para separar los minerales del suelo, a la vez que se generan mayores volúmenes de residuos que eventualmente afectan a recursos hídricos.
En 1900, detalló al presentar esta semana el Sistema de Información Geográfica Agua y Minería, se obtenían en promedio 20 gramos de oro por cada tonelada de suelo removida, y la proporción actual es de 5 gramos por tonelada.
En tanto, alertó, se utilizan entre 80 y 450 metros cúbicos -entre 80 mil y 450 mil litros- de agua por cada kilo de oro obtenido, y entre 40 y 100 metros cúbicos por cada kilo de cobre.
En el caso de México, indicó, la mayor parte de la actividad extractiva se desarrolla en zonas áridas y semiáridas como las de Sonora y Zacatecas, que son las entidades con mayores volúmenes de agua concesionados a mineras.
Y más del 80 por ciento del agua concesionada para la minería, apuntó, se destina a la producción de cobre, oro y hierro.
Las mineras, explicó, tienen acceso al agua en dos modalidades: la de títulos de concesión de Conagua y la de “uso libre” asociada a los títulos de concesión minera.
De acuerdo con estimaciones del IMTA, señaló, el agua concesionada a la industria minera ascendía en 2020 a 462.4 millones de metros cúbicos al año (2020). En tanto el volumen de agua de uso libre, o agua de laboreo, empleada por las mineras se ubicaba en mil 131 millones de metros cúbicos al año.
Pedrozo subrayó la urgencia de impulsar un mejor uso del agua en el sector.
Necesitamos una mejor gobernanza desde el punto de vista hídrico dentro del sector minero, es decir, necesitamos empujar la voluntad del sector, no nada más a la eficiencia y a prevenir la contaminación del agua, sino a cómo las minas conviven en un territorio con la cuenca, con el acuífero y con las comunidades”, apuntó.
La secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, advirtió que la minería enfrenta un horizonte de severos riesgos hídricos, que incluyen escasez, contaminación y conflictividad social por el uso de recursos.
Indicó que 66 por ciento de las concesiones mineras se ubica en zonas con acuíferos sin disponibilidad de agua, y 19 por ciento en zonas con acuíferos sobreexplotados.
La minería a cielo abierto, advirtió, requiere de grandes volúmenes de agua, lo que genera impactos negativos para las comunidades aledañas y sus ecosistemas.
De ahí que sea indispensable, remarcó, una gestión que enfrente los retos de escasez de agua y amenaza climática de las próximas décadas.
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