Por Zedryk Raziel de El País en exclusiva para AM Guanajuato
Ciudad de México.- Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (Ciudad de México, 88 años) no recuerda con precisión cuándo fue que decidió ya no volver a ser candidato a nada. La última vez que se supo de sus aspiraciones a un cargo de elección popular fue en 2005, cuando quiso ser, por cuarta vez, candidato a la Presidencia de la República. Aquella vez terminó por hacerse a un lado para dar paso a Andrés Manuel López Obrador, que comenzaba a tomar un lugar preponderante en el movimiento de izquierda en México. Al paso del tiempo, Cárdenas, hijo del añorado expresidente obrerista y agrarista Lázaro Cárdenas (1934-1940), optó por dar una lucha discreta, menos de candidato y más de ideólogo de causas progresistas.
Su más reciente aventura, el diseño de un nuevo frente político de la mano de Movimiento Ciudadano (MC), le valió duras críticas de parte del presidente López Obrador, que lo calificó de adversario político por colaborar con los opositores a su Gobierno. Cárdenas, el primer gobernante electo de Ciudad de México, ha salido a dar respuesta por primera vez a las críticas de López Obrador, que alguna vez fue su correligionario en el PRD y su ahijado político. El Ingeniero, como es llamado comúnmente, responde parco, sin ánimo de polemizar: que no es adversario del presidente; al contrario, le tiene aprecio, y que no hay distanciamiento entre ambos. Pero también advierte de que él seguirá promoviendo que haya democracia plena en México y que nunca se va a quedar callado.
Cárdenas se mueve despacio, como si fuera consciente de cada uno de sus pasos, por su estudio en el Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano A. C., donde recibe a EL PAÍS, entre bustos de bronce y pinturas de su padre. Aunque es hijo de un mito, El Ingeniero se ha ganado el lugar de guía moral de la izquierda mexicana. Con todo, él considera que la lucha democrática antecede su existencia y le sobrevivirá cuando él ya no esté.
Pregunta. El fin de semana habrá una conmemoración de la expropiación petrolera convocada por el Gobierno. El presidente López Obrador dijo que usted está invitado.
Respuesta. Bueno, él dijo que está invitado todo el mundo. Que nadie está desinvitado.
P. ¿Considera ir?
R. No lo he considerado hasta este momento.
P. ¿Pero tampoco es un no?
R. No es un no ni es un sí. Nosotros normalmente el 18 de marzo vamos al Monumento a la Revolución, donde están los restos de mi padre, y ahí hay una reunión familiar. Eso sí lo haremos, como lo hemos hecho todos los años.
P. ¿Cuál fue su participación en Colectivo por México, o Mexicolectivo?
R. Estuve participando durante un tiempo, un año o año y medio, en donde nos fueron informando cómo se iba elaborando un documento. Esto se hizo, hasta donde yo tengo conocimiento, sin hacer ninguna información pública al respecto. Y luego se decidió que se hiciera una presentación pública, y en ese momento yo le informé a quien me había invitado a participar en la formulación de este —yo diría— esqueleto de un proyecto nacional, no llega a ser un proyecto nacional, sino que es el marco para construir un proyecto, informé que ya no asistiría. Simplemente fue eso. Yo no invité a nadie a participar, ni en las reuniones previas ni tampoco que estuviesen presentes el día que se iba a presentar el proyecto públicamente.
P. ¿A usted quién lo invitó?
R. El senador Dante Delgado, que es amigo mío desde hace mucho tiempo.
P. ¿Por qué decidió ya no seguir participando?
R. Pues simplemente pensé que ya con eso concluía mi participación. Tengo otras actividades y prefiero ya no tener más compromisos en este momento.
P. ¿Qué le respondió Dante?
R. Aceptó lo que le dije y no hubo ninguna otra observación. Tan amigos como siempre.
P. Parece que este colectivo perdió mucho cuando usted se fue.
R. No me fui, porque no había llegado.
P. Pero sí tuvo una participación en armar ese “esqueleto”.
R. Hasta ahí. Y hasta ahí lo dejé.
P. Todo esto despertó críticas duras del presidente López Obrador. ¿Qué pensó cuando se enteró de que él dijo que usted era su adversario político?
R. Pues simplemente que no tenía razón para decir eso. Yo no soy adversario político de él. Seguramente de otros puedo serlo, pero nunca me he considerado adversario político del hoy presidente de la República.
P. A raíz de eso se empezó a hablar del distanciamiento que hay entre ustedes dos.
R. No hay distanciamiento. Hemos tenido esta relación desde hace muchos años.
P. Si bien no son adversarios, como usted aclara, tampoco se puede decir que son los mejores amigos.
R. Bueno, yo no soy colaborador del Gobierno, eso es una cosa, pero la amistad yo la mantengo en el mismo grado de aprecio que he tenido por él desde que empezamos a caminar juntos. A veces más juntos, a veces un poco menos, pero el grado de amistad lo mantengo.
P. Dice usted que no es colaborador del Gobierno, ¿pero es simpatizante?
R. No sé qué quiera decir eso.
P. Pues que hay un grado de coincidencias.
R. Hay un grado de coincidencias y hay un grado de diferencias, como lo tenemos prácticamente con cualquier otra persona.
P. En Mexicolectivo colabora Francisco Labastida, del PRI, que fue contendiente contra usted en la elección presidencial del 2000. ¿Cómo fue para usted volver a encontrarse con él?
R. No, lo he encontrado desde hace mucho tiempo, no solo como contendientes en una campaña electoral: nos hemos encontrado con amigos comunes, nos hemos encontrado en distintas circunstancias, o sea que no hubo sorpresas en ese sentido.
P. Solo que ahora se lo encontró como colaborador de un proyecto.
R. No, simplemente cada quién hizo las observaciones que consideró necesario hacer, y, como digo, para construir un proyecto nacional encuentra uno muchas diferencias y muchas coincidencias.
P. López Obrador lo ha reconocido a usted como un “precursor del movimiento democrático en México”, citándolo textualmente. ¿Cómo se siente al ser puesto solo como un precursor?
R. Yo considero que sigo siendo un promotor de un profundo cambio democrático en el país. Hay muchas cosas pendientes todavía para que podamos considerarnos vivir en una democracia plena.
P. ¿Es más que un precursor?
R. Podemos llamarme precursor o no, según lo que quiera decir: ¿precursor de qué? Yo creo que la lucha por la democracia en México empezó mucho más atrás de mi propia existencia y seguramente seguirá también mucho más allá de mi propia existencia.
P. Hablando de esos ancestros en la lucha de izquierda, López Obrador ha elegido la figura de su padre, Lázaro Cárdenas, como insignia de su Gobierno. ¿A usted le parece que López Obrador es cardenista?
R. No, yo no creo que sea cardenista. Yo no creo que él sea tampoco maderista, ni que sea juarista o hidalguista. Yo creo que él toma ideas de muchas grandes personalidades que han tenido una presencia muy importante en la historia de México.
P. ¿Qué piensa de la oposición política que quiere hacerle frente a López Obrador en 2024?
R. Yo lo que no veo de ninguno de los partidos políticos es un programa de por dónde quieren llevar al país. Sin un programa no podemos saber qué quieren hacer los distintos partidos, coaligados o no coaligados, juntos o separados.
P. ¿Cómo ve que Movimiento Ciudadano no haya querido participar en las elecciones del Estado de México y Coahuila este año?
R. Son decisiones de un partido político. Yo no me meto en la vida de casas ajenas. Yo no estoy en ningún partido, por lo tanto me es difícil opinar de las decisiones que toman.
P. ¿Qué opina de las alianzas del PRD, que es el partido que usted fundó?
R. Y del que salí en 2014.
P. ¿Dejó de ser el PRD que usted fundó en 1989?
R. En 2014 empezó a dejar de ser lo que yo conocí cuando se fundó el partido. Me pareció que se habían abandonado ciertos principios, que no se estaba trabajando en fortalecer las bases territoriales, que había una disputa de grupos internos.
P. ¿Qué piensa de los aspirantes presidenciales de Morena? ¿Prometen ser solo una extensión del proyecto de López Obrador?
R. No conozco sus programas. No le podría decir qué nos proponen ni ellos ni quienes estén eventualmente pensando en ser candidatos de los partidos de oposición.
P. ¿Qué opina de Marcelo Ebrard?
R. Es un buen amigo.
P. ¿De Claudia Sheinbaum?
R. Lo mismo le digo: una buena amiga.
P. ¿De Adán Augusto López?
R. En mi caso es buen amigo también.
P. ¿Y de Ricardo Monreal?
R. También. Hemos trabajado juntos desde hace mucho, cuando estaba en el PRD. Y seguimos siendo amigos.
P. ¿Le dan confianza los cuatro?
R. No sé qué propongan los cuatro como candidatos eventuales a la Presidencia de la República. No conozco que alguno de ellos haya presentado ya un programa integral como proyecto de nación.
P. ¿Qué balance hace del Gobierno de López Obrador, en lo que es prácticamente su último año?
R. Yo esperaría a que terminara el Gobierno para hacer un balance.
P. Como hijo del autor de la Expropiación petrolera, ¿qué opina de la política energética de esta Administración?
R. Tiene que haber un cambio importante para que Petróleos Mexicanos (Pemex) tenga una autonomía presupuestal y de gestión. Tenemos que pensar en un manejo muy responsable de las reservas petroleras. Tenemos que pensar en los cambios que se están dando en el mundo de la energía, para ir más hacia las energías renovables y dedicar el petróleo principalmente a la petroquímica y a la industrialización, más que a la producción de combustibles. Son cambios que tendrían que estarse dando en nuestro país con mucha más intensidad.
P. ¿Cómo ve la apuesta de este Gobierno por la refinación?
R. Me parece que es importante. No podemos dejar todavía de producir combustibles. Hay que acelerar la modernización de las refinerías existentes y disminuir la importación que tenemos de gasolinas. Pero al mismo tiempo tendríamos que aprovechar una buena parte de las instalaciones existentes, no para producir combustibles, sino para ir justamente a la industria petroquímica.
P. ¿Cómo evalúa el combate a la desigualdad?
P. Si vemos las cifras que da el propio Gobierno, la mitad de la población vive en condiciones de pobreza y hay una concentración de riqueza en grupos cada vez más reducidos. Tenemos que tomar medidas serias en ese sentido. Universalizar la seguridad social, por ejemplo, y pensar seriamente —para tener recursos para ello— en una reforma fiscal y hacendaria profunda, que no se ha llevado a cabo y que es un reclamo que se ha venido haciendo desde distintos grupos políticos y distintas visiones económicas.
P. ¿Qué características debería tener esta reforma fiscal?
R. Ser progresiva, gravar más a quienes más ingresos tienen y quitar cargas fiscales a quienes menos ingresos están recibiendo. Desde luego, hay que reconocer que se ha hecho un esfuerzo importante para mejorar la recaudación, pero no ha sido suficiente para que el Estado cuente con los recursos necesarios que nos está demandando el desarrollo del país.
P. ¿Y en el aspecto de la seguridad pública?
R. También tendría que darse un cambio importante. Es que se ha venido haciendo más o menos lo mismo desde hace ya varias décadas, y si se vuelve a hacer lo mismo, se vuelve a tener el mismo resultado. Entonces, tendría que abrirse una revisión muy seria y profunda de cuáles pueden ser los mejores caminos para combatir la delincuencia y lograr seguridad para la gente, eliminar la extorsión, el cobro de piso, etcétera, que hemos visto por todo el país. Y me parece que esto requiere de un cambio en las estrategias: mejorar la inteligencia, la investigación. Pero requiere también de una participación en este esfuerzo de los distintos sectores de la sociedad, y tendría que haber una buena coordinación de estos esfuerzos.
P. ¿Le parece suficiente el enfoque del Gobierno de combatir las raíces de la violencia: ir a la pobreza, entregar programas sociales?
R. Habría que ir al fondo, efectivamente. Buscar cómo elevar consistentemente el ingreso de todos los sectores, reducir la informalidad a través de tener buenas oportunidades de trabajo formal, combatir la pobreza también a través de trabajo formal y de servicios de seguridad social de carácter universal.
P. Ya están surgiendo propuestas extremistas de algunos críticos del Gobierno y aspirantes presidenciales de, por ejemplo, copiar el modelo de El Salvador para combatir la inseguridad.
R. Es lo peor que pudiera sucederle al país.
P. ¿Qué piensa de la propuesta de los dos congresistas republicanos para que participe el Ejército estadounidense en el combate al narcotráfico?
R. Sería la peor medida aceptar que aquí viniera gente de afuera a resolvernos los problemas.
P. A sus 88 años, ¿usted seguirá participando políticamente?
R. Yo no veo por qué dejar de hacerlo.
P. ¿Así como lo ha hecho últimamente, aportando ideas?
R. Es decir, no voy a participar electoralmente, no voy a ser candidato a nada. Pero callarme, no me voy a callar.
HLL