Monterrey.- En medio de la disputa por el maíz transgénico entre México y Estados Unidos, la producción nacional de este grano cerró el primer bimestre del 2023 con una caída anual del 18 por ciento, a 4 millones 466 mil toneladas, su menor volumen para un periodo igual desde el 2014, revela un reporte de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Se trata de la cosecha del ciclo Primavera-Verano proveniente de los estados del Bajío, la más importante del País, la cual inicia en octubre y concluye en marzo.
Y derivado de ello, la producción total de granos en México -que incluye trigo, frijol y otros insumos- cayó 16.7 por ciento anual, esto en razón de que el maíz representa el 90 por ciento del total de granos básicos (cereales y oleaginosas) producidos en el País.
Además, también se señala que en el primer bimestre del 2023 fueron cosechadas un millón 409 mil hectáreas de maíz, 10 por ciento menos que hace un año y la menor superficie para un periodo igual en la última década.
El reporte de GCMA, elaborado con datos de la Secretaría de Agricultura y de la Agencia Nacional de Aduanas de México, indica que ante la baja de la producción de maíz, sus importaciones escalaron a 3.5 millones de toneladas, 21 por ciento más que hace un año y el mayor volumen para un primer bimestre en los últimos 12 años.
‘La caída es muy pronunciada, es consecuencia de no haber política para producir’
Juan Carlos Anaya Castellanos, director de GCMA, alertó que la caída es muy pronunciada y es consecuencia de la falta de una política que fomente la productividad.
Mientras sigamos produciendo con semillas criollas y no certificadas, y el Gobierno no apoye a los agricultores comerciales con financiamiento, seguros, asesoría técnica e implementos agrícolas, como sucedía en sexenios anteriores, vamos a seguir importando más maíz.
“Por otra parte, esa caída en la producción nos muestra la importancia de seguir contando con el abasto de las importaciones de este grano, pues ante menores cosechas nacionales ahí está esa opción.
Por eso es que mientras el País no alcance la autosuficiencia alimentaria que busca el Gobierno, lo mejor es terminar con esa disputa por el maíz transgénico, pues no hay evidencia científica que demuestre que es dañino para la salud humana”.
El 6 de marzo pasado, los Gobiernos de México y Estados Unidos iniciaron consultas técnicas sobre el nuevo decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador que impedirá la entrada al País de maíz blanco genéticamente modificado a partir del 2024.
La primera fase de esas consultas concluye el próximo 7 de abril y de no alcanzarse un acuerdo, el Gobierno estadounidense puede iniciar una disputa comercial en un panel, lo que podría derivar en aranceles contra México, advirtió Anaya Castellanos.
Con evidencias científicas, Estados Unidos insiste en que el grano transgénico no es dañino para la salud humana y demanda que México se desista del veto que mantiene al maíz blanco, ello ante el riesgo de que de un momento a otro el Gobierno mexicano prohíba también la importación de maíz amarillo.
JRL