Ciudad de México.- En el “Triángulo del terror” que comprende Tepatitlán, Lagos de Moreno y Colotlán, en los Altos de Jalisco y límites con Aguascalientes, el crimen manda: secuestra, desaparece personas, ataca a policías, asalta a transportistas, realiza tiroteos y narcobloqueos, y halconea las carreteras.

En ese triángulo que incluye territorios como Calvillo, en Aguascalientes; y Tepechitlán, Juchipila y Jalpa, en Zacatecas, el CJNG impuso su ley para cometer además homicidios, abrir fosas clandestinas, cobrar piso y traficar drogas.

La desaparición de cinco jóvenes, la noche del pasado 11 de agosto en el Municipio de Lagos de Moreno, Jalisco, cuando asistieron a la feria local, es apenas un eslabón de la cadena de delitos que se cometen en ese polígono, advirtieron el Colectivo Altos de Jalisco y fuentes ministeriales.

En los Altos de Jalisco suman sólo este año unas 33 personas (incluidas cuatro de Aguascalientes) desaparecidas, pero las familias de 20 no han denunciado esos hechos por amenazas directas de los criminales, alertó la ONG.

En esta región ni los religiosos se han salvado. El Obispo de Autlán, Rafael Sandoval, fue detenido en un retén del crimen organizado en carreteras de Jalisco, recibió amagos y fue despojado de sus pertenencias.

 

Gsz

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