Campeche.- En la entrada, un representante del Tren Maya informó que el escáner de boletos aún no funciona, que las 14 estaciones hasta Cancún inauguradas ayer no están terminadas, por lo que el viaje será directo o con apenas unas pausas y que la terminal de Campeche no está abierta por completo, pero que los boletos están agotados hasta el lunes.
Ya había agua en los baños porque fue traída en pipa por la noche, según los trabajadores, y había algunos charcos en los andenes junto a las vías, aunque todo esto fue pasado por alto por los primeros viajeros que iban hacer el recorrido de la megaobra llevada a cabo por el presidente Andrés Manuel López Obrador contra viento y marea, amparos de grupos ecologistas y a pesar de la falta de los permisos legales.
“Vinimos a hacer historia”, dijo un hombre con sombrero de palma y traje indígena que cargaba dos banderas de México y arrastraba una maleta. Amancio Vilchis es un tijuanense que se hace llamar “El Indito” y llegó a la clase turista.
¿Dónde quedó la placa? ¿No sabes dónde quedó la placa que develó el Presidente?”, preguntaba en la entrada, donde elementos de la Guardia Nacional y representantes del Tren cotejaban los boletos en listas en hojas impresas.
“Imagínese, estar en el sueño de un gran hombre, de un hombre histórico, en una de sus obras emblemáticas, en algo que va a beneficiar al País. Los mismos mexicanos vamos a poder recorrer nuestro territorio de una manera increíble. Es increíble esta obra”, dijo Margarita Victoria Sánchez , de 62 años, que logró comprar boletos en primera clase para festejar a su madre Margarita Sánchez Bocanegra, que cumplió 87 años el lunes.
“Uy, estuve ahí pescando a las 11 de la mañana y en media hora ya se habían acabado”, dijo.
Instalaciones incompletas del Tren Maya en Campeche
En la primera planta de la terminal de Campeche las salas de espera apenas tienen unas cuantas sillas de plástico para los 221 pasajeros que se esperaban. No hay locales comerciales, las fotografías de la obra que de 180 mil millones ha subido a más de 500 mil, están amarradas con lazos de plástico y a pesar de la vigilancia algunos pasajeros pasaron sin que les revisaran el boleto.
En la parte alta, la taquilla aún sin computadoras estaba vacía pero ahí también había personas preguntando por los boletos agotados. Una mampara indicaba los precios, mil 166 pesos en clase turista y mil 863, en premier. También hay otros precios, de 89.50 y 143 pesos a la siguiente estación, Tenabo, por ejemplo, pero aún no hay viajes parciales.
Ya en los vagones había constantes ovaciones para López Obrador, gritos de ¡es un honor estar con Obrador!, ¡Presidente! ¡Presidente ! y ¡sí se pudo! con la confianza de volver dentro de un año a recorrer toda la ruta, de mil 554 kilómetros.
“Creo que faltan todavía algunos detalles, pero son mínimos. Creo que la cuestión de infraestructura mayor ya está realizada y de alguna manera creo que el hecho de que esté funcionando en este momento ya es un gran avance. Sabemos que la ruta no está terminada al cien por ciento, sin embargo fue promesa que se iba a inaugurar en diciembre”, dijo Carlos Benítez, un viajero en primera clase y promotor turístico que compró su boleto media hora después de que salieron a la venta.
El estreno del Tren Maya saturó el aeropuerto de Campeche, que tiene un vuelo diario desde la Ciudad de México, por lo que varios llegaron por Mérida y luego en autobús. Ya en Campeche, la única manera de llegar a la estación es en taxi, quizás por eso había varios asientos vacíos para el primer recorrido público. El ultimo vagón, con 68 asientos, tenía 28 vacíos.
Arrancan viaje primeros pasajeros del Tren Maya
Tras una pequeña pausa donde la máquina verde y blanca con asientos turquesa se encendió, se apagó y aumentó el calor adentro, arrancó por fin a las 7:13 horas, 13 minutos después de la hora indicada, y enfiló hacia Cancún, a 477 kilómetros en auto y 632 sobre las vías del tren.
El itinerario marca un arribo a las 14:58 horas. Los trabajadores de la obra informaron que habrá paradas de dos minutos en cada estación solo para tomar la foto. El vagón se sacudía apacible, los trabajadores contaban cuántos pasajeros iban a bordo y por las ventanas se veía la selva verde.
JRL