Con un llamado a la búsqueda y a la defensa de la verdad, el escritor Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, concluyó su labor como columnista de publicaciones periódicas.
Ayer, el diario El País publicó su última “Piedra de Toque”, tribuna que mantenía en sus planas desde 1990 y cuyo título retomó de sus colaboraciones previas en la revista peruana Caretas.
Desde los 17 años, Vargas Llosa (Arequipa, 1936) cultivó el periodismo de opinión como una disciplina paralela a la del escritor de ficción, con numerosos espacios en diversos medios de comunicación, incluyendo a Reforma.
Para despedirse de este ámbito, el autor encomió la vocación periodística y la importancia histórica de su casa editorial por 33 años, y llamó a sus colegas que se inician en el oficio a no cejar en sus convicciones en el texto titulado “Un consejo a los nuevos columnistas: defiendan su verdad”.
“Ese sería el único consejo que transmito a los jóvenes que se inician como escritores en la prensa diaria: decir y defender su verdad, coincida o discrepe con lo que el diario defiende editorialmente”, recomendó.
En su columna final, el autor de clásicos como Conversación en La Catedral y La tía Julia y el escribidor declaró que el articulista debe siempre exponer su verdad ante todo, y que es válido y loable reconocer la incertidumbre y admitir los errores.
“Nunca he dejado de decir mi verdad, en la que hay un margen de error, a veces grande, y que puede ir evolucionando, incluso de manera drástica”, apuntó.
Vargas Llosa, quien este año también dijo adiós a la novela con su libro Le dedico mi silencio (Alfaguara) reflexionó sobre su trayectoria como columnista, donde puede verse la evolución y modificación de su pensamiento.
“En muchas cosas he sido consistente a lo largo de las décadas y en otras he ido variando mi manera de pensar. Y quizá ese es el mérito de las columnas que duran tantos años: transparentar el debate que un columnista tiene consigo mismo a lo largo del tiempo cuando se esfuerza por acercar sus ideas a la realidad, que es siempre cambiante en función del contexto”, escribió.
Las columnas periodísticas de Vargas Llosa han sido reunidas en diversos libros como Contra viento y marea, los tres volúmenes de Piedra de toque y el reciente El fuego de la imaginación.
“El periodista de talento busca la verdad como una espada que se abre paso por doquier. Decir mentiras, manipular, es fácil, pero tarde o temprano queda en evidencia”, reflexionó en su última entrega.
“El que dice la verdad y la defiende presta un servicio a sus lectores y a su tiempo. Eso es a lo que tímidamente he aspirado con el nombre -Piedra de toque- de mi columna en El País”, se despidió.
DMD