El Gobierno federal recicló para el Tren Interoceánico dos trenes alemanes comprados en 2015 por Rafael Moreno Valle, entonces Gobernador de Puebla.
Las máquinas, de la marca Vossloh AG, fueron usadas para el fracasado Tren Turístico Puebla-Cholula, que operó de enero de 2017 a diciembre de 2021, y es un ejemplo de la incosteabilidad de la mayoría de los trenes de pasajeros, de acuerdo con analistas del sector.
La Secretaría de Marina le compró al Gobierno estatal los trenes, que fueron repintados y ya aparecen en la póliza de seguro del Interoceánico para 2024, pero se desconoce públicamente cuánto pagó por ellos.
El Puebla-Cholula fue un tren ligero o tren-tranvía que sólo recorría 17.2 kilómetros, a velocidad promedio de 35 kilómetros por hora, en cuya compra y puesta en marcha se gastaron más de mil 100 millones de pesos.
El costo de mantenimiento durante cinco años fue de 344 millones de pesos, mientras que el tren sólo recaudó 4.9 millones de pesos, según informó en agosto el actual Gobernador, Salomón Céspedes.
La Línea Z del Interoceánico, inaugurada hoy, recorre 308 kilómetros de Salina Cruz a Coatzacoalcos, en zonas de vegetación densa, con múltiples puentes, pendientes y curvas que se ha buscado modificar para que la vía pueda ser usada por trenes de carga más pesada.
El tren Puebla-Cholula operaba en una zona urbana con cerca de dos millones de habitantes. Salina Cruz y Coatzacoalcos suman poco más de 400 mil habitantes, y de las otras ocho localidades con paradas de la Línea Z, ninguna tiene más de 40 mil habitantes.
En 2020, cuando iniciaron las obras de rehabilitación, la paraestatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT) reportó 103 siniestros en las Líneas Z, K y FA, que también forman parte del proyecto Interoceánico y sólo se usaban para carga.
Los fenómenos naturales, el vandalismo y el mal estado de las vías fueron las principales causas de accidentes. De 2021 a 2023 sólo hubo 82 siniestros, porque las vías han tenido poco uso, para dar paso a las obras.
La Marina también compró en 2023 veinte carros de pasajeros, 36 locomotoras y 245 unidades de arrastre para carga, aunque estas últimas terminarán de ser entregadas en julio de 2024. Los contratos no son públicos.
El dinero salió de un fideicomiso de la Marina creado en 2022 por mandato Presidencial, que recibe fondos de trámite aduaneros.
Para competir con el Canal de Panamá, se busca que la Línea Z pueda mover más de dos millones de toneladas de carga anual, pero en 2022 transportó 27 mil 745, y en 2023 sólo 13 mil 284, ante las disrupciones provocadas por las obras de rehabilitación.
La operación de trenes de carga de mucha más capacidad es crucial para los Polos de Desarrollo para el Bienestar, los parques industriales a lo largo de la ruta de la Línea Z, cinco de los cuales ya fueron concesionados por la Marina y tres más que están en concurso.
DMD