Lo que más se juran los enamorados en San Valentín es amor eterno. Con flores, cartas y serenatas muchos se arman de valor para declarar sus sentimientos a la persona que les ha robado el sueño y es dueña de su alegría.
Para algunos el valor, la carta y la flor no es suficiente; recurren a métodos menos ortodoxos de conquista como la brujería y los amarres. En este país lleno de simbolismo y realismo mágico, el colibrí, asociado al buen augurio cuando cruza tu camino y revolotea, es capturado para después “prepararlo” y así conseguir llegar al corazón del ser amado. La chocante práctica se ha popularizado en los últimos años; consiste en llevar a la pequeña ave, muerta y seca, en el bolsillo de la camisa. El brujo asegura que encontrará pareja y no se irá de su lado. Lo único concreto que ha logrado es poner en riesgo de extinción 39 de las 57 especies que habitan el territorio mexicano, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
En México habitan 57 especies de chuparrosas, aunque por una carencia importante de estudios el número de especies podría llegar hasta 67. Estos datos se comparten en el boletín bimestral de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Las diminutas aves han estado envueltas en misticismo desde la época prehispánica; su plumaje iridiscente y un aleteo de hasta 80 veces por segundo eran símbolo de buena suerte o buen augurio.
En cuestión ambiental resalta el impacto positivo que tienen los colibríes como polinizadores. “Al momento de tomar el néctar, los colibríes recogen en sus cabezas el polen de las flores, el cual depositan a su vez en otras flores, desempeñando así un papel clave en la biología de la reproducción de muchas especies de plantas”, informa la CONABIO. Otra característica de la especie es que, al menos 14 de las 57 que se conocen, son endémicas; es decir, solo pueden habitar en lugares específicos. También es el único plumífero que puede volar hacia atrás o suspenderse quieto en el mismo sitio en el aire.
María del Coro Arizmendi, bióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México y experta en chuparrosas, junto a Humberto Berlanga, coordinador de la Conservación de las Aves de América del Norte describen en su libro Colibríes de México y Norteamérica, cuál es la problemática actual de los chupamirtos. “Todas las especies de colibríes se encuentran en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que incluye todas las especies que, si bien en la actualidad no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, podrían llegar a esa situación a menos que el comercio de dichas especies esté sujeto a una reglamentación estricta y un control eficaz”
El amor es lo más cercano que existe a la magia. Te hace sentir invencible, todos los días son soleados, la suerte camina junto a ti, los perros te miran y mueven la cola de felicidad. Pero no hay razón alguna para privar de la vida a un ser vivo y utilizarlo en un ritual esperpento.
JFF