La diferencia entre gastos e ingresos públicos del primer mes de este año se elevó 385 % a tasa real anual, al ubicarse en 159 mil 136 millones de pesos.
Este déficit presupuestario contrasta con los 32 mil 806 millones de pesos registrados en el mismo mes de 2022, según el Informe de Finanzas Públicas al mes de enero, publicado por la Secretaría de Hacienda.
El déficit de enero obedece a que los gastos ascendieron a 811 mil 669 millones de pesos, un crecimiento real anual de 21.3 %.
En tanto, los ingresos sumaron 658 mil 903 millones de pesos, un aumento real anual de apenas 0.8 %.
Lo anterior va en línea con el déficit histórico que el Gobierno ha previsto para este año y que según el Paquete Económico será de un billón 693 mil millones de pesos, que equivale a 4.9 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Con ese nivel, se ubicaría como el déficit más elevado desde 1988 en una Administración que en el discurso había ofrecido priorizar la disciplina fiscal.
Enrique Díaz-Infante, director de Estudios del Sector Financiero y Seguridad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, señaló que esta diferencia entre los ingresos y el gasto es consecuencia de mayores erogaciones para culminar las dos obras más importantes del Gobierno federal: el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.
Sin embargo, advirtió que ese fuerte gasto no se ha acompañado de un crecimiento de los ingresos tributarios.
El especialista resaltó que lo anterior ha provocado que para este año se haya aprobado un endeudamiento récord.
De acuerdo con las cifras de Hacienda, los ingresos no han mostrado un avance importante medidos como proporción del PIB, pues han pasado de 21.4 a 22.2 % en lo que va del sexenio y se espera que incluso la proporción baje en 2024 al ubicarse en 21.3 %.
En contraste, los gastos sí muestran un claro avance. En el primer año del sexenio representaron 23 % del PIB; en 2023 cerraron en 25.6 % y para 2024 se presupuestó un total equivalente a 26.2 %.
Otro de los problemas, señaló Díaz-Infante, es que este gasto se está generando al mismo tiempo que se castigan rubros clave para el desarrollo social como educación y salud, lo que genera menos capital humano en detrimento de la economía.
DMD