Ciudad de México.- La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) le dejará al siguiente Gobierno casi 61 mil solicitudes de personas que quieren comprar terrenos nacionales, y se dispone a cerrar la ventanilla para recibir nuevas peticiones de este tipo.
Entre diciembre de 2018 y diciembre de 2023, la Sedatu sólo vendió 414 terrenos nacionales, y de estos, 407 están en el municipio mexiquense de Nextlalpan, aledaño al Aeropuerto Internacional Felipe Angeles (AIFA), donde pobladores asentados irregularmente habían solicitado títulos de propiedad desde el sexenio pasado.
Ahora, ante lo que describió como un “rezago histórico” de 60 mil 715 solicitudes de enajenación onerosa de terrenos nacionales, la dependencia alista un acuerdo por el cual ya no recibirá más peticiones de este tipo hasta el 30 de septiembre, día final del sexenio.
“Los recursos humanos y materiales con los que cuenta esta Secretaría son insuficientes para resolver tal cantidad de trámites”, argumentó la dependencia en un proyecto enviado el 29 de febrero a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).
En el Gobierno de Enrique Peña Nieto, la Sedatu vendió 317 terrenos nacionales que abarcaron 64 mil 536 hectáreas en ocho estados, es decir, se trató de grandes superficies, con un promedio de 203 hectáreas por operación.
Los informes de Sedatu en el actual Gobierno no detallan en todos los años las superficies vendidas o los ingresos obtenidos.
En 2019-2020, por ejemplo, sólo se vendieron dos terrenos a cambio de 127 millones de pesos, mientras que en 2022-2023, se hicieron 62 ventas cerca del AIFA, pero de sólo 555 hectáreas, por las que se obtuvieron 513.8 millones de pesos.
El problema es la complejidad del trámite, que requiere intervención de las oficinas estatales y centrales de Sedatu, pero también de autoridades locales, para investigaciones sobre los antecedentes catastrales del presunto terreno nacional, es decir, aquel que no es propiedad privada ni ejidal.
Al detener la recepción de nuevas solicitudes, la Sedatu busca “adoptar medidas urgentes para analizar, priorizar, programar y asegurar las resoluciones de las solicitudes que ya se encuentran en trámite”, pero el rezago es tal, que poco se podrá avanzar en estos meses.
En este sexenio, Sedatu se enfocó en el Programa de Mejoramiento Urbano (PMU), uno de los prioritarios del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que terminará ejerciendo alrededor de 45 mil millones de pesos para construir o remodelar mercados, deportivos, centros culturales, parques, estadios de beisbol y otros proyectos comunitarios, así como un malecón para el Río Grijalva en Villahermosa, que fue su obra más costosa.
En contraste, el Programa para Regularización de Asentamientos Humanos, que permite a personas en situación de incertidumbre jurídica escriturar su propiedad, contó a lo largo de todo el sexenio con 478 millones de pesos, el un por ciento de lo asignado al PMU.
El Tren Maya también requirió atención permanente de Sedatu, sobre todo a partir de 2022, cuando iniciaron procesos de expropiación de decenas de miles de hectáreas, y en paralelo, el deslinde de terrenos que se presumen nacionales en los cinco estados por donde pasa el proyecto.
HLL