Ciudad de México.- La violencia exacerbada, como la que resiente México, genera tensión y temor en la prestación de servicios esenciales, en particular los de salud, alertó Oliver Dubois, jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para el País y para América Central.
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Por la tarde de ayer, dos paramédicos voluntarios fueron asesinados y calcinados durante un ataque casi simultáneo a tres ambulancias particulares, las cuales fueron incendiadas, en Celaya, Guanajuato.
Paramédicos dudan prestar servicio por ataques
El personal de las ambulancias, ejemplificó Dubois, duda en atender llamados ante el riesgo de sufrir ataques.
Al presentar el Balance Humanitario 2024 del CICR para México, advirtió que, en caso extremo, el clima de violencia puede llevar a la suspensión de la atención que brinda el organismo en casos de emergencia.
Explicó que se han desarrollado desde hace tiempo protocolos de protección del personal de la Cruz Roja Mexicana, los que se actualizan.
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De hecho, comentó, dichos protocolos fueron aplicados al brindar ayuda en las zonas afectadas por el paso del huracán “Otis”, el año pasado, por tratarse de Guerrero, un estado con amplio historial de violencia.
El CICR presentó un paquete de llamados a la acción en México y América Central, uno de ellos relativo a la protección de la personas que realizan labores humanitarias.
En los lugares más afectados por la violencia son frecuentes los ataques contra el personal, instalaciones y vehículos sanitarios, lo que también tiene efectos perjudiciales para la salud pública en las comunidades que reciben sus servicios”, indicó.
“Insistimos en la importancia de reconocer el papel crucial del personal que presta asistencia en salud y que salva vidas”.
JRL