Ciudad de México.- El crecimiento explosivo que han registrado los flujos migratorios de carácter irregular en territorio mexicano, incluyendo los de las caravanas, tienen una de sus principales causas en la oferta de servicios por parte de redes de tráfico ilícito de personas desde los países de origen y a lo largo de toda la ruta migratoria, de acuerdo con estudio publicado por la Secretaría de Gobernación.
Elaborado por Andrea Alejandra Rodríguez y Patricia Avilés, el estudio apareció en la más reciente edición de Rutas, una publicación de la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Segob, dedicada al tema “Movilidad humana y tráfico de personas en México”.
Indica que, según datos de la UPM, de 2018 a 2023 los eventos de personas en situación migratoria irregular que fueron detenidas en México aumentaron 495 %.
En 2018, el aumento de los flujos migratorios irregulares se relaciona con las caravanas migrantes originadas en San Pedro Sula, Honduras. Estas caravanas, compuestas principalmente por personas de Guatemala, Honduras y El Salvador, se organizaron en respuesta a la violencia e inseguridad prevalecientes en esos países”, señala.
“Aunque en ciertos casos las personas que viajan en caravanas no disponen de los fondos necesarios para cubrir los costes de un traficante, las caravanas migratorias se han convertido en una oportunidad lucrativa para las redes delictivas. Esto se debe a que, con frecuencia, se negocia con ellos el pago mediante la promesa de obtención de trabajo en el futuro”.
La pandemia de COVID-19, agrega, provocó una notable disminución en los flujos migratorios irregulares, que sin embargo registraron un repunte a partir de 2021.
En todo caso, indica, el tráfico ilícito de personas migrantes se ha mantenido operando a través de redes transnacionales, locales y de personas independientes.
Destaca que en los últimos años, la composición de los flujos migratorios irregulares ha experimentado una transformación.
“En 2018, las personas nacionales de Honduras, Guatemala y El Salvador representaban 87 % de los eventos de personas en situación migratoria irregular. En contraste, en 2023, estos flujos ahora se integran principalmente por personas provenientes de América del Sur y el Caribe (55 %)”, apunta.
El estudio subraya que el tráfico ilícito de migrantes es realizado a muy diversa escala.
Por un lado, los traficantes a pequeña escala -cuyas ganancias no suelen ser elevadas- desempeñan un rol crucial en algunas comunidades, especialmente en zonas fronterizas y de tránsito, donde los ingresos de estos servicios son a menudo una fuente de sustento comunitario”, detalla.
“Por otro lado, (…) existen redes que operan de manera más compleja: algunas se organizan en estructuras flexibles sin jerarquías estrictas, mientras que otras ejecutan operaciones criminales jerárquicas y bien estructuradas con capacidades transnacionales”.
Involucra además a muy diversos actores. Además de polleros, coyotes y traficantes, participan enganchadores, cuidadores, escoltas, guías, raiteros -transportistas- y cobradores.
“A medida que crece el número de personas que buscan cruzar las fronteras de manera irregular, estas redes ven una oportunidad de mercado para ofrecer sus servicios, adaptándose, ampliando su alcance y satisfacer la demanda”, concluye.
Otro estudio incluido en Rutas indica que tan solo el costo promedio de cruzar la frontera de México a EU pasó de 2,143 dólares en el primer trimestre de 2012 a 5,373 en el tercer trimestre de 2023.
JJJC