Una labor de subir y bajar muchas escaleras, enfrentarse a los fuertes vientos de las alturas de la torre y al buen equilibrio es la tarea que a diario desempeñan Ezequiel Zavala quien lleva 7 años en el servicio de mantenimiento del Santuario del Señor de La Piedad, al igual que Antonio Méndez quien lleva 4 años y el señor Javier Reyes que tiene 14 años por lo que hacen su labor con empeño, cariño y fe

Es una labor muy cansada subir los angostos escalones de madera hasta la torre y desafiar a los fuertes vientos para hacer repicar las campanas.

La tarde de jueves tras el repique de despedida del Papa Benedicto XVI los trabajadores del recinto piedadense se vieron en intensa actividad durante unos minutos y tras subir una antigua escalera con durmientes de madera demasiado angostos y que es muy cansada al subir y peligrosa al bajar, realmente luego de haber agitado las enormes campanas el cansancio es intenso.

CONCENTRACIÓN

A decenas de metros de altura las maniobras de escala en la torre es complicado, ya que hay que escalar por grapas metálicas debido a que no hay escalera, situación que es difícil y cansada, donde además se requiere de toda la concentración posible para no caer al vacío y chocar con las grandes campanas.

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