Para algunos fue una pérdida trágica, mientras que otros vieron la muerte de Hugo Chávez como una oportunidad que tiene Venezuela de salirse de su abarcadora sombra.

Héroe para algunos por la forma en que se le plantó a Estados Unidos y ayudó a los pobres, más de uno lo consideró un matón y un payaso.

“Chávez está más vivo que nunca”, afirmó el presidente boliviano Evo Morales, un estrecho aliado del líder venezolano, lloroso. “Chávez seguirá siendo una inspiración para los pueblos que luchan por su liberación. Siempre estará presente en todas las regiones del mundo en todos los sectores sociales”.

Morales le deseó al “pueblo venezolano mucha fuerza, mucho compromiso y mucha, mucha unidad” en este momento traumático.

En Cuba, cuya economía gira en torno a los términos preferenciales del petróleo que le enviaba Chávez, algunos temieron que la pérdida de su principal aliado pueda tener un impacto negativo en la isla.

“Es un golpe muy duro, algo muy triste por todo lo que ha hecho por los pequeños y los pobres de la tierra”, declaró Maité Sierra, de 72 años. “Ahora me pregunto ¿qué va a ser de nosotros? ¿Qué va a ser de los pobres de la tierra?”.

“Es una gran pérdida no sólo para Venezuela y para Cuba, sino para toda la región de América Latina”, acotó Sergio Durán, un residente de La Habana. “Es algo preocupante lo que pueda venir ahora. Todo dependeré de lo que pase en Venezuela, pero de todas formas nunca va a ser igual que con Chávez, aunque gane el partido de Chávez” en las elecciones que se deberían convocar para buscar un sucesor en la presidencia.

“Es de los muertos que nunca mueren”, sostuvo la vocera del Gobierno de Nicaragua, Rosario Murillo, en un mensaje televisado. “Su legado revolucionario queda sembrado en el continente americano”.

Estados Unidos, que tuvo relaciones tirantes con Chávez, reaccionó con diplomacia. El presidente Barack Obama emitió una declaración en la que dice que “en este momento difícil por la muerte del presidente Hugo Chávez, Estados Unidos reitera su apoyo al pueblo venezolano y su interés en desarrollar una relación constructiva con el Gobierno venezolano”.

“En momentos en que Venezuela comienza un nuevo capítulo en su historia, Estados Unidos sigue decidido a impulsar políticas que promuevan los principios democráticos, el imperio de la ley y el respeto por los derechos humanos”, añade la declaración.

Algunos venezolanos que viven en la Florida expresaron un cauteloso optimismo de que haya cambios en su patria tras la muerte del mandatario. En un popular restaurante de Doral, donde hay una gran colonia venezolana, algunos clientes festejaron al anunciarse la muerte por televisión, mientras el resto observó sin celebrar.

La representante republicana estadounidense Ileana Ros-Lehtinen dijo que la muerte de Chávez ofrecía “una oportunidad para la democracia en Venezuela”.

El ex presidente estadounidense Jimmy Carter, en tanto, dijo en un comunicado que Chávez “será recordado por la forma en que reivindicó la autonomía e independencia de los gobiernos latinoamericanos”.

Añadió que Chávez trató de promover “profundos cambios en beneficio especialmente de quienes se sintieron abandonados y marginados”.

“Si bien no estuvimos de acuerdo en todos los métodos empleados por su Gobierno, jamás dudamos del compromiso de Hugo Chávez para mejorar las vidas de millones de compatriotas”.

En las Naciones Unidas, el embajador de Rusia Vitaly Churkin describió la muerte de Chávez como “una tragedia”.

“Fue un gran político para su País, América Latina y el mundo”, manifestó. “Desempeñó un importante papel en el desarrollo de las relaciones entre Venezuela y Rusia y por eso nos sentimos muy mal”.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos reconoció los esfuerzos que hizo Chávez para que ambas naciones restableciesen sus relaciones luego de una ruptura durante la gestión de su predecesor Alvaro Uribe.

“Todos saben que tuvimos muchas diferencias, diferencias de nuestra visión de la economía, diferencias en nuestro ejercicio de Gobierno, diferencias en nuestra comprensión del progreso social”, expresó en un comunicado. “Pero desde los primeros días de mi mandato decidimos poner a un lado esas diferencias para concentrarnos en el bien superior de Venezuela y de Colombia”.

Los dos países reanudaron sus relaciones el 10 de agosto del 2010, poco después de la asunción de Santos.

El presidente de Haití, Joseph Martelly, lamentó la muerte de “este gran amigo de Haití que nunca dejó de expresar su solidaridad con el pueblo haitiano, sobre todo en los momentos más difíciles”, especificó en un comunicado.

Cuba y Venezuela, unidos por el socialismo

Todavía Hugo Chávez era un simple ex teniente coronel derrotado y recién salido de la cárcel, cuando ya Fidel Castro vio en él madera de líder bolivariano y un futuro aliado y se plantó en el aeropuerto de La Habana a recibirle, un 13 de diciembre de 1994, en el que sería el primero de los muchos viajes que realizaría después a Cuba el presidente venezolano. Eran los tiempos del Periodo Especial, Cuba había perdido el 35 % del PIB en tres años debido a la debacle socialista, pero ni Castro ni Chávez podían suponer entonces hasta qué punto ambos países y ambos “socialismos” llegarían a ser interdependientes y se necesitarían el uno al otro en el Siglo XXI. El propio Chávez habló en alguna ocasión en un discurso de “dos banderas y una sola revolución”, idea que rápidamente fue traducida humorísticamente en las calles de La Habana como el anuncio de la próxima fundación de la “República de Cuzuela”.

Sobre aquella amistad, cimentada en la misma vocación latinoamericanista y bolivariana y en menor medida en los principios del socialismo ortodoxo, ambos líderes trabaron una relación profunda que rápidamente fue espesándose en lo económico y en lo social -ni hablar de lo político- hasta trenzar los destinos de ambos países con hilo de oro.

Los datos económicos son brutales, hablan por sí solos: de unas decenas de millones de dólares antes de Chávez, los intercambios comerciales bilaterales pasaron a más de 6 mil millones de dólares el año pasado, a lo que se debe sumar el suministro de 105 mil barriles de petróleo diarios a precios preferenciales y las millonarias inversiones de Venezuela en múltiples proyectos, el más importante de ellos la modernización y ampliación de la refinería de petróleo de Cienfuegos, con un presupuesto estimado de 1.400 millones de dólares.

Según el economista Carmelo Mesa-Lago, si a ello se suma lo que Cuba recibe por concepto del trabajo de los cerca de 40 mil médicos, profesionales de la salud y colaboradores que apoyan diferentes proyectos sociales en Venezuela, estaríamos hablando de que en 2010 Venezuela representó entre el 20 % y el 22 % del PIB cubano.

El petróleo venezolano es clave para la Cuba de Raúl Castro, pues satisface más del 60 % de la demanda de la isla. En las actuales condiciones del mercado, una desestabilización en Venezuela sería desastrosa para el gobierno cubano pues sería imposible sustituir las condiciones y precios del crudo que ahora le garantiza Caracas-Cuba recibe el barril de petróleo a precios subsidiados y debe abonar el 50% del crudo en 90 días y el 50% restante en 25 años, con dos años de gracia y una tasa de interés del 1%.

Otras 676 mil personas han sido operadas en el País suramericano gracias a la colaboración con Cuba. Quizás, los destinos de ambas revoluciones están ahora más unidos que nunca.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *