El Arzobispo Emérito de León, José Guadalupe Martín Rábago, dejó un gran legado a lo largo de 17 años de trabajo al frente de la Diócesis de León.
Dentro de su trabajo pastoral, destacan la construcción del Seminario Mayor, la remodelación del Seminario Menor, la construcción del Seminario Auxiliar en San Felipe Torres Mochas, el Centro Diocesano de Pastoral, entre otras obras.
En la entrevista que concedió a la Dimensión Diocesana de Radio, TV e internet, Monseñor reveló la importancia de contar con una infraestructura diocesana para fortalecer la catequesis.
“Yo creo que lo que ha tenido mayor trascendencia en la vida pastoral de la Diócesis no es tanto la construcción de edificios. Ciertamente la construcción de edificios es necesaria, se requiere, pienso en el Seminario, la situación en la que se encontraban las casas del seminario, era de gran deterioro, entonces era evidente que se necesitaba de una casa adaptada a las nuevas situaciones de la vida.
“Pero sigue siendo importante, realmente viene siendo el trabajo que se realiza en la línea de formación: formación de laicos, formación de sacerdotes, formación de seminaristas también”, señaló.
Monseñor añadió que durante 17 años se buscaron formas de dar acompañamiento a la formación permanente de los sacerdotes.
Fortalecen catequesis
El Arzobispo Emérito destacó como un logro las escuelas de formación para laicos en la mayoría de las parroquias.
Además, se establecieron centros de formación tanto en el campo de la liturgia, la biblia y de la teología. “Estos son asuntos que trascienden más profundamente”.
“Me parece que es también de una trascendencia importante lo que ya comenzamos y yo me imagino que se fortalecerá con el paso del tiempo, que es la organización de la catequesis”.
Finalmente, apuntó que actualmente se tiene en la Diócesis de León catequesis escolarizada, con un texto que se ha distribuido en todas las parroquias y que va con la línea de formación.
‘Los llevo en mi corazón’
A 15 días de su partida, el Arzobispo José Guadalupe Martín Rábago dijo a todos los fieles: “Los llevo en mi corazón”.
“Mi palabra sería en primer lugar de agradecimiento, eso es lo que brota en primerísimo lugar para todas las personas que nos favorecen con su atención.
“A todos, agradecerles la bondad con que he sido tratado en todas partes, especialmente en el ámbito de las parroquias.
“Mi palabra es decirles: Los llevo en mi corazón”, expresó en su mensaje difundido por el área de comunicación de la Diócesis.
Reveló que ha escuchado a personas decirle: “no nos olvide”.
“Yo les digo: ¿Pero cómo podría yo olvidar a la que ha sido mi familia durante 17 años? ¿Cómo podría yo olvidar a esta Iglesia que ha ocupado mis intereses, mis esfuerzos, mi dedicación por 17 años? No los olvidaré nunca; los llevaré siempre presentes, desde luego en mis afectos y en mi oración”.
“A todos: a los sacerdotes, a los seminaristas, a los consagrados, a todos, les digo que se abran para escuchar lo que el Señor en este momento dice a esta Iglesia, y que con generosidad se dispongan a consecución de metas todavía más altas.
“¡Gracias! Nos veremos aquí o en la casa del Padre, donde el señor disponga. Muchas Gracias”.