La casa Redonda era un taller destinado a la reparación de locomotoras, construido durante la segunda mitad del siglo XIX con los primeros edificios del taller central del ferrocarril en la ciudad capital. Constaba de 13 cobertizos y  en el centro una mesa giratoria que permitía reubicar nuevamente a las locomotoras en las vías.

En entrevista con Ricardo Vega, Director del Museo Ferrocarrilero, explicó que recibía el nombre de la casa redonda por las características de la edificación así como la plataforma giratoria circular.

Contextualizó que fue demolida entre los años 1963 y 1965 cuando las locomotoras de vapor fueron suplantadas por las de diesel, “se tiraron ese y varios edificios que ya no tenían un uso práctico, porque ya se usaba el diesel, y esa era para reparar locomotoras de vapor”.

Tras su demolición total, se construyeron encima nuevos talleres y fue hasta recientes años que se descubrieron los vestigios de los cimientos, “en esa época no había la conciencia de la arqueología industrial ni la conservación de edificios, les dejaba de funcionar lo tiraban y construían algo funcional”.

Mencionó Ricardo Vega que la Casa Redonda es una de las edificaciones más significativas para las industrias ferrocarrileras “hay muy pocas en México, en San Luis potosí hay una pero es privada y hay otra en Chihuahua que la hicieron un Museo de Arte Contemporáneo”.

En la zona donde se encontraron las cimentaciones se realizará un trabajo de restauración así mismo un estacionamiento para la Universidad de las Artes, Salón de Locomotoras y Complejo Tres Centurias, informó el Secretario de Infraestructura y Comunicaciones Miguel Ángel Romero Navarro.

“La casa redonda es una obra que va en proceso y que pretendemos tener  terminada en el mes de abril es una obra que comprende la creación de una plaza de acceso a complejo Tres Centurias frente al salón de Locomotoras “.

Con un avance estimado en el 60%, Miguel Ángel Romero aseveró se tiene proyección de finalizar para el inicio de la verbena abrileña, así mismo consideró que el costo total oscila entre los 40 millones de pesos.

“Lo que se está haciendo  es recuperarlos bajo supervisión, como un patrimonio industrial, y que podamos crearle algunos elementos que tengan que ver con la forma y la arquitectura industrial de la época”.

Finalmente confirmó que dicho proyecto tuvo la aprobación por parte del Instituto Nacional de Arqueología e Historia y de las autoridades estatales.

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