En el campo hay tragedia y se sintió fría desde el domingo en la noche.
En el municipio no se tiene una cifra exacta de lo que abarcó la helada del lunes en la madrugada, el coordinador de Delegados Municipales, Víctor Zanella Berra, dijo que era aventurado dar aún una cifra exacta del terreno dañado o plantear una alternativa viable, mientras en el campo sólo hay ojos tristes, hasta los más pequeños saben que se murieron los cultivos y con ellos, las esperanzas.
Marcos iba en un caballo, tiene 14 años, siendo adolescente sabe perfectamente bien que la helada significa la pérdida del bienestar que se anunciaba hasta el domingo, muchos se preparaban para comenzar con el cultivo de jitomate; fue en la noche que la gente empezó a salir, se sintió el frío y los campesinos empezaron a buscar las pacas de pata de sorgo para quemarlas entre los surcos y calentar un poco los cultivos, no sirvió y hasta el momento, la primera apreciación rebasa las 15 mil hectáreas dañadas.
Para entender la magnitud del daño y porqué la helada significa una tragedia debe caminarse entre los surcos y con la gente que lo está viviendo, ellos viven del campo, son más de 150 mil personas las que habitan las comunidades rurales, la mayoría de éstas se dedican a la agricultura, sus familias viven de la tierra, se mantienen de ella, ya sea como ejidatarios o como peones, la buena cosecha significa la compra de lo necesario, el pago de deudas y la seguridad de la siembra siguiente, ahora se quedan mirando, se les nota tristes, sus esperanzas se murieron y se nota en lo cotidiano, la vida cambió de un día a otro.
“Daba alegría ver la gente, a esta hora ya se veía la gente cortando calabaza, tomates, regando su trigo, ahora no, se acabó todo, el lunes en la mañana ya nadie quería salir a ver, da mucha, mucha tristeza, claro que la gente se pone a llorar, no públicamente, pero en su casa, es que es ya no poder salir al trabajo”, platicó Florencio Negrete Rocha, originario de la comunidad de San Javier.
El garbanzo, calabaza, trigo y cebada sólo servirá para pastura, a pesar del alto costo, desde la semilla, el fertilizante, los herbicidas, los fungicidas, todo eso significa una inversión que no va a ser recuperada, sus cultivos se pusieron negros, pero además de todo, los campesinos se sienten abandonados.
A primera instancia, los campesinos señalan y critican que no se toman en cuenta sus necesidades, que la gente que acude es indiferente, levanta censos, pregunta por la pérdida, pero no les plantea alternativas, o bien, les prometen apoyos que no llegan.
Víctor Zanella Berra, el coordinador de delegados, explicó la complicación que significa el recuperar a cada uno de los campesinos su inversión, y al mismo tiempo y sin permitir grabación, enunció cada uno de los problemas que deben verse, no planteó una sola solución, no la vislumbró.
En las tierras de San Javier, los campesinos pidieron que fuera enviado personal del Sistema Nacional de Protección Civil a evaluar el daño, en caso de que sea necesario, que se emita el dictamen de Desastre Natural y de ese modo, comiencen a llegar recursos del Fondo de Desastres Naturales.
También solicitaron que las dependencias de gobierno, SAGARPA o Desarrollo Rural, enviaran a personal para que los asesorara sobre lo que podrían hacer con la pérdida, si existe alguna tecnología o técnica para convertir los cultivos en algo más que pastura, algún abono; el caso es perder lo menos posible, piden que gente que se preparó y estudió los atienda, desde su experiencia no ven más alternativa.
José Luna González, de la comunidad de San Javier, perdió lo de 4 hectáreas y media, él había sembrado garbanzo, apenas había comenzado con el maíz.
“Me gasté 7 mil pesos en la semilla, esperaba que me pagaran unos 30 mil pesos por todo, por lo de todas mis tierras; iba a necesitar unas 4 personas para recoger todo, pero ahorita pues ya no, traigo 2, pero no se les paga igual, estamos recogiendo para hacer pacas, que se lo coman los animales”, platicó Don José.
En el caso de este hombre, su esposa, él y la familia de uno de sus hijos viven del campo, tiene otros 2 hijos, pero están en Estados Unidos, emigraron precisamente por lo precario de la ganancia y por la inestabilidad, prefirieron dejar la tierra.
“No están tomando en cuenta que si se acaba el campo, se acaba todo, que ahorita van a tener que traer jitomate de Michoacán o de algún otro lado, eso va a hacer más caro todo, pero de todos modos no nos apoyan”, afirmó Andrés Luna González.
Según los campesinos, cada época de siembra significa un riesgo, desde decidir lo que se va a sembrar, ya que hay semillas caras como la de garbanzo, hay otras como el sorgo, el trigo o el maíz que significan menor riesgo, pero más competencia, menores ganancias.
“Uno lo que hace es venderle a los acaparadores, queda muy poquita ganancia, del sorgo queda más, pero es nada más para guardar lo de la próxima siembra, pero nadie se preocupa por ver el campo”, dijo Martín Cárdenas González, de Rivera de Guadalupe, en Vista Hermosa también se han registrado pérdidas, los campesinos en general están tristes, buscando instancias que les resuelvan.
Afectan más al trigo y la cebada
Las heladas que cayeron durante el fin de semana en la mayor parte del Estado provocaron afectaciones en los cultivos de cebada y trigo, aunque aún no se ha establecido el número de hectáreas afectadas.
Esto se debe a que las plantas todavía se encuentran verdes y en crecimiento, por lo cual es necesario esperar algunos días más para poder definir el grado de afectación en este tipo de cultivos, dijo el Secretario de Desarrollo Agropecuario, Javier Usabiaga Arroyo.
Actualmente hay 66 mil hectáreas de riego sembradas en el estado como parte del ciclo otoño-invierno, de las cuales 25 mil corresponden a trigo y 41 mil a cebada.
Además, hay 2 mil 200 hectáreas de frijol y otras 2 mil de hortalizas como tomates y calabazas que también pueden estar afectadas, pero eso se podrá determinar en unos días más cuando se verifiquen los reportes que se reciben de cada municipio.
“En el caso de la fresa (en Irapuato) se pierde la floración y se pierde la fruta, pero dentro de ocho días volverá a florear. Es decir, se perdió un periodo de producción, no la planta”, mencionó el Secretario.
Respecto a la manera en que se podría ayudar a los productores afectados, Javier Usabiaga mencionó que para ello se busca impulsar una cultura de los seguros entre los productores agrícolas, en donde ellos también aporten una cantidad al pago de la prima de los seguros y así incrementar el monto de la cobertura en caso de afectaciones por heladas o sequías.