Diez mil gargantas y su interminable grito de emoción hicieron temblar a la mítica Alhóndiga de Granaditas, una vez más el origen y símbolo del Rally México.
La arrancada ceremonial de la carrera mexicana se confirmó como la mejor del Campeonato Mundial. El color en el cielo y en la tribuna, las ovaciones y ese sonoro saboreo ante el rugir e cada motor, todos esos son los ingredientes, y varios más, que convierten en mágica una noche construida por y para los motores.
El polaco Michall Kosciuszko abrió la ronda de presentaciones, un par de minutos después de que Miguel Márquez, gobernador de Guanajuato, diera la apertura oficial. “Tenemos el mejor evento automovilístico de América”, lanzó Márquez, recibido por una tímida rechifla y un silencio más generalizado.
Tampoco Juan Suberville, presidente del comité organizador, guardó elogios. Entre sus peticiones a la mesura y su esperenza en la seguridad, deslizó un sentido grito de “¡Qué ruja el Rally!”, respondido por un aplauso que recorrió los alrededores de la Alhóndiga con la misma rapidez que Kosciuszko usó para presentarse.
Ya bajo la rampa, el polaco aceleró. El tramo cronometrado en calles de Guanajuato, el primero oficial en este Rally, sirvió para que él y 12 pilotos más de la categoría estelar se lucieran.
Claro que no todos tuvieron el mismo impulso. Jari-Matti Latvala, por ejemplo se cargó de los gritos ajenos para atacar el tramo sin miramientos. Algo similar hizo el español Dani Sordo, pero con la mala fortuna de golpear una banqueta, algo que casi le cuesta detenerse, pero resolvió el oercance sin mayor problema.
Mientras ellos ya aceleraban, el finlandés Mikko Hirvonen aguardaba turno. Presentado como el gran favorito, sonrió entre decenas de edecanes, como tentado a romper el prótocolo, y la concentración, en una noche que para entonces ya rebasaba las emociones esperadas.
Pero, ojo, la mayor ovación no se la llevó nombre alguno. El mayor grito, ese que hizo temblar a la capital, nació del sonido de un motor, de uno de los motores que recorren, como desde hace 10 años, los caminos de Guanajuato y que es tan casero como las enchiladas mineras en la capital o las guacamayas en León. El Rally ya ruge y con él, cientos de miles de guanajuatenses dueños de su propio carnaval.
‘Ruge’ el Rally
La mejor arrancada ceremonial del Campeonato Mundial de Rallies no decepcionó.
Más de 10 mil personas disfrutaron y se emocionaron al máximo con la presentación de los pilotos del Rally México en la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato capital.
Los pilotos de la categoría estelar se lucieron anoche, no dejando ir ni un solo segundo para mostrar su talento al volante y a pesar de ser el primer día, hacer vivir a los guanajuatenses la adrenalina de una carrera a máxima velocidad en las calles de la capital.
A la altura de las circunstancias estuvo la afición presente en la Alhóndiga, confirmando, como lo hace cada año, por qué la arrancada del Rally México es la considerada la mejor de todo el Campeonato.
El evento nocturno, fue inaugurado por el gobernador del Estado, Migue l Márquez Márquez, quien ante los presentes, piltoos y aficionados, aseguró que en Guanajuato “tenemos el mejor evento automovilístico de América”, al tiempo que Juan Suberville, presidente del comité organizador, pidió que esta edición, el Rally ruja.
La edición 10 del Rally México tuvo el inicio esperando y se espera siga así para coronar una mágica década.
Neuville amo del túnel
Con sólo tres décimas de segundo de ventaja, el belga Thierry Neuville ganó la primera etapa cronometrada del Rally México 2013, trazada sobre 1.05 kilómetros de empedradas calles de Guanajuato.
En su Ford Fiesta, Neuville marcó 53.7 segundos, para adelantarse a Mads Ostberg, segundo en el tramo, mientras que Nasser Al-Attiyah, también de Ford, cerró en tercer puesto. El francés Sebastien Ogier fue cuarto, con medio segundo más que Neuville, aunque más tarde recuperó la diferencia, al ganar la etapa de la Expo Bicentenario, para así cerrar la jornada como líder, sobre Ostberg y Neuville.