Los bomberos instalaron ayer la parte superior de la chimenea de la Capilla Sixtina que anunciará la elección del nuevo Papa, al tiempo que el Vaticano procedió a poner fin definitivo al pontificado de Benedicto XVI.
Mientras trabajadores preparaban el interior de la Capilla Sixtina para el comienzo del Cónclave el martes, las autoridades vaticanas en otra parte del Palacio Apostólico destruían el anillo de pescador de Benedicto XVI así como los sellos personales y timbres de éste para la documentación oficial.
Este acto tienen como propósito marcar la terminación definitiva de su papado para que no haya duda en la Iglesia de que el nuevo Pontífice estará a cargo.
Todos los acontecimientos apuntan hacia la decisión trascendental que pronto confrontará la Iglesia católica: el comienzo el martes del Cónclave para elegir al nuevo Papa y para buscar una solución a los numerosos problemas que afronta la institución.
El Vaticano esbozó el itinerario de la votación y confirmó que sonarán las campanas de la basílica cuando se elija al nuevo Papa.
Sin embargo, las autoridades de la Santa Sede también reconocieron que hay cierta incertidumbre ante todo este empeño, dadas las dificultades para discernir el color del humo que salga de la chimenea de la Capilla Sixtina: negro si no se ha elegido al Papa y blanco si fue elegido.
Destruyen anillo e instalan chimenea
Trabajadores prepararon el interior de la Capilla Sixtina para el comienzo del Cónclave el martes.