Terminó la etapa Súper Especial en el Autódromo León con la misma intensidad del resto del fin de semana. Le ganó el duelo a Mikko Hirvonen y luego, para sorpresa de muchos, se detuvo en seco frente a la tribuna principal.
Cientos alistaron las cámaras y los teléfonos. Ogier bajó con una enorme sonrisa y levantó el puño, lo que derivó en una enorme ovación.
“¡Ése es el campeón!”, gritó Manuel Estrada, uno de los afortunados fanáticos, al darse cuenta de que el francés era ya, oficialmente, el primer ganador en México tras el retiro de Sébastien Loeb.
Con ese gesto, Ogier se ganó decenas de fanáticos. Volvió al Polo y se alejó a toda velocidad, mientras una tercia de aficionados gritaban “¡Ogier, Ogier!”, con banderines del equipo Volkswagen.
La jornada dominical en el Autódromo fue tan jovial y relajada como emocionante. Las tribunas principales se llenaron desde las 10 y media, una hora antes del tramo cronometrado, y también las laderas recibieron a cientos de fanáticos.
En la pista, los duelos tuvieron emociones de todo tipo. Desde el dramático duelo entre Eugeny Novikov y Martin Protazov, resuelto a favor del primero por un segundo, hasta la risa provocada por Nicolas Fuchs, quien prefería frenarse antes de las rampas para no saltar demasiado, pensando en que el Rally casi terminaba.
Su primer festejo
Casi 10 mil afortunados presenciaron el primer puño en alto de Sébastien Ogier.