Fue el 8 de septiembre de 1981, cuando un joven de cerca de 30 años, sacerdote, llegó a lo que era el inicio de la parroquia Santa María Reina, ubicada en el fraccionamiento Las Reinas, de Irapuato.
Ahora, después de 32 años de ser párroco de esta zona, Juan Francisco Páramo Medina, con 53 años de ordenado, se retira de la comunidad que lo ha acogido con el corazón y se reunió para despedirlo.
La parroquia de Santa María Reina estaba repleta, con cerca de 300 personas y las que iban llegando durante la eucaristía, que fue oficiada por José de Jesús Martínez Zepeda, obispo de la Diócesis de Irapuato.
“…Cuando llegué aquí nada más eran las puras paredes, el terreno lo regaló el municipio pero nos tocó construir todo esto, con el apoyo de la gente claro, se creó un patronato, y tanto la señora presidenta como el tesorero en ese tiempo lograron esto”, recordó.
Para Páramo Medina, conocido cariñosamente como el padre ‘Pepón’, la vida del sacerdote es cuestión de disciplina y compromiso.
“Acostumbro levantarme, desde que estaba en el Seminario, a las 5 de la mañana y eso se me quedó siempre, lo que más me gustaba es dar la misa de 10 de la mañana, que es para los niños porque son muy bonitos y desde chiquitos se les puede ir enseñando la religión”, confesó.
Se puede ver el cariño que el padre le tiene a su parroquia, pues mientras relata su llegada y lo que ha vivido en ese edificio, recorre cada uno de los lugares con su mirada, ya con nostalgia.
“Me voy al templo de San Judas Tadeo, como capellán porque aquí estaba como párroco, me encargaba de todas las comunidades que corresponden a la parroquia, y allá en la Rectoría nada más atenderemos los asuntos que encuentre”, dijo.
Lucas González, un sacerdote de 51 años, traído desde Salamanca, será quien ocupe el lugar del padre Pepón en la parroquia.
“No es fácil durar 32 años, ahorita el padre Lucas durará nada más 6 años, porque ya no será así, le quiero agradecer a Dios el tener tantos años de sacerdote”, comentó.
José de Jesús Martínez Zepeda, obispo de Irapuato, se encargó de oficiar la misa de despedida de Páramo Medina, mientras la gente tomaba su lugar, tanto en las bancas del primer piso como del segundo de la parroquia.
Durante la misa, la gente sonreía al padre ‘Pepón’, quien agradeció todas las experiencias que le compartieron los feligreses, asegurando que continuará su trabajo como maestro, sacerdote y pastor.

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