Querido por todos, por su familia, amigos, policías y reporteros de la nota roja, así era Salvador González Magaña, quien se desempeñaba como director de Seguridad Pública de Tarímbaro y a quien todos, este martes, dieron un merecido homenaje.
El homenaje que se hizo este día en su memoria estuvo lleno de sentimientos encontrados, lógicamente el coraje invadía a todos los presentes y estaba dirigido a las cobardes manos criminales que le arrebataron la existencia.
‘Chavita’, como le llamaban, fue tal vez el primer director de Seguridad Pública que en verdad se preocupó por combatir la inseguridad en su municipio y recuperar los espacios públicos para la gente.
Retiró de las calles a varios ladrones de casas-habitación y transeúntes, así como rateros de vehículos, combatió a los narcomenudistas que envenenaban a la juventud de Tarímbaro con la venta de drogas y apoyó a otras corporaciones policiales durante fuertes enfrentamientos a tiros suscitados contra bandas de robacoches y asaltantes de traileros ayudando así a llevar a estos delincuentes tras las rejas.
Desafortunadamente, tal parece ser que la realidad en Michoacán para las personas que en verdad hacen su trabajo es caer víctimas de la delincuencia, tal como le sucedió a El Arqui, como también era conocido, ese es el sentimiento común de la opinión pública sobre este caso.
Con la bandera de México sobre su ataúd fue homenajeado Chavita, ante quien las trompetas y tambores tocaron con honor al tiempo de que también parecía que lloraban.
Ahora la exigencia común es justicia y que la Procuraduría siga íntegramente el asunto para dar con los responsables, pues el cáncer en que se ha convertido el crimen ha dejado a tantas familias fracturadas.

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