“Hay que gobernar la Iglesia de otra forma. ¿Cuál? Colegialidad es la palabra. Se necesita un gobierno horizontal. Hay que salir de este centralismo, que no tiene nada que ver con el centro”.
Son palabras del cardenal alemán Walter Kasper, pronunciadas en vísperas del Cónclave, en el que ha podido entrar, porque cumplió a principios de marzo, después de la sede vacante, los 80 años.
Las declaraciones de Kasper, que ha pasado años en la curia, y es representante de una Iglesia dinámica y rica como la de Alemania, ponen el acento en uno de los graves problemas de la Iglesia. Un verdadero desafío para el nuevo Papa, pero no el único.
Teniendo en cuenta las muchas intervenciones que se han oído estos días dentro y fuera de las congregaciones generales estos serían los principales retos que tendrá que afrontar el nuevo Pontífice.
Colegialidad y reforma de la curia romana
El Gobierno vaticano está dividió en dicasterios o ministerios que se ocupan de las cuestiones fundamentales de la Iglesia. Pero no existe un consejo de ministros propiamente dicho en el que se discutan los problemas globales. Cada prefecto o ministro funciona por su cuenta.
El secretario de Estado es el único que, teóricamente, les coordina, pero Tarcisio Bertone, el elegido por Benedicto XVI, ha sido un elemento de desunión, más que otra cosa.
Es evidente que escándalos como la filtración de documentos privados del Papa Benedicto XVI a la prensa, Vatileaks, o los protagonizados por la banca vaticana (Ior), cuya opacidad ha puesto en serios aprietos a la Santa Sede, son cuestiones ligadas a este imperfecto Gobierno vaticano.
Son escándalos que han puesto de manifiesto también la imposibilidad de que una sola persona, el Papa, lleve las riendas de una institución tan compleja.
Sería necesaria mayor participación de los obispos en las decisiones vaticanas.
Transparencia
Los propios cardenales presentes en Roma para las congregaciones generales han puesto de relieve la necesidad de que el IOR se adecue a la normativa fijada por Moneyval (agencia del Consejo Europeo que vigila la limpieza del dinero que manejan los bancos). La banca vaticana, que maneja bienes por valor de 7,000 millones de euros, en 33,000 cuentas que en más de un 60% pertenecen a personas o instituciones religiosas, ha funcionado hasta hace poco como si el Estado vaticano fuera un paraíso fiscal. La situación no puede mantenerse.
Mayor debate sobre la nueva evangelización
Angelo Sodano, el cardenal decano, recordó en su homilía de la misa Pro eligiendo Romano Pontífice, del martes, unas elocuentes palabras pronunciadas por Benedicto XVI poco antes de iniciar su retiro.
“A veces se tiende a circunscribir el término caridad a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. Es importante, en cambio recordar que la máxima obra de caridad es precisamente la evangelización, o sea el servicio de la palabra”.
Este impulso renovado para fomentar la fe en los países de vieja tradición católica ha sido uno de los grandes caballos de batalla de Benedicto XVI.
Europa no es ya el continente fundamental para la Iglesia. Al contrario, como ha explicado el cardenal Christoph Schönborn, en el Viejo Continente “la Iglesia es vista casi como un cuerpo extraño”.
¿Cómo recuperar al Viejo Continente para la fe? Dos líneas de pensamiento se enfrentan aquí.
Una, que propone el regreso a las esencias, dando la batalla de la educación católica, negando legitimidad al matrimonio homosexual, defendiendo la vida hasta extremos que implican la condena de los anticonceptivos más utilizados.
Otra, que propone mantener las esencias pero adaptándose más a la realidad del mundo moderno.
Es la línea de los episcopados que aceptan administrar anticonceptivos a mujeres violadas, o ven con mayor comprensión el uso del preservativo para prevenir el SIDA. No será fácil intentar una síntesis entre ambas.
Purificación y recuperación de la buena imagen
Es cierto que los problemas relacionados con la estructura interna del Vaticano que es, a fin de cuentas, un Estado político, aunque con un pequeño territorio, pueden parecer secundarios. Pero no lo son, porque gravitan sobre la institución, en la medida en que el mensaje del cristianismo se basa en el ejemplo. El buen ejemplo. Y la imagen que ha proyectado la Iglesia al mundo en los escándalos de Vatileaks o en las zonas de sombra del IOR no es buena.
Es esa imagen la que tendrá que limpiar el sucesor de Benedicto XVI de forma prioritaria. También en el capítulo, todavía irresuelto, de los escándalos de abusos sexuales, que la acosan desde principios del tercer milenio. Joseph Ratzinger ha dado grandes pasos en este sentido, pero su sucesor tendrá que llevar a término el proceso.

Ensombrece dictadura a Papa

La supuesta colaboración del nuevo Papa Francisco con la última dictadura de su País, Argentina (1976-1983), constituye el capítulo más oscuro de su vida. Organizaciones de defensa de los derechos humanos lo acusan de haber denunciado a dos sacerdotes de la Compañía de Jesús ante el régimen cuando él era provincial de esa congregación.
Los dos curas jesuitas se llamaban Orlando Yorio, ya fallecido, y Francisco Jalics, que vive en Alemania. Ambos se habían ido a vivir a barrios de chabolas de Buenos Aires para comprometerse más de cerca con los pobres. Pero para las autoridades de la Iglesia esa opción era mal vista. “Mucha gente que sostenía convicciones políticas de extrema derecha veía con malos ojos nuestra presencia en las villas miseria”, cuenta Jalics en su libro Ejercicios de meditación, de 1995. ”Interpretaban el hecho de que viviéramos allí como un apoyo a la guerrilla y se propusieron denunciarnos como terroristas. Nosotros sabíamos de dónde soplaba el viento y quién era responsable por estas calumnias. De modo que fui a hablar con la persona en cuestión y le expliqué que estaba jugando con nuestras vidas. El hombre me prometió que haría saber a los militares que no éramos terroristas. Por declaraciones posteriores de un oficial y 30 documentos a los que pude acceder más tarde pudimos comprobar sin lugar a dudas que este hombre no había cumplido su promesa sino que, por el contrario, había presentado una falsa denuncia ante los militares”, añade Jalics.
Ese hombre era Jorge Bergoglio, el entonces provincial jesuita y ahora Papa, según contó Yorio en una carta de 1977 al asistente general de la Compañía de Jesús que obtuvo el periodista Horacio Verbitsky en una extensa investigación.
En el libro El jesuita, en 2010, Bergoglio contestó a las acusaciones: “Nunca creí que estuvieran involucrados en actividades subversivas como sostenían sus perseguidores, y realmente no lo estaban. Pero, por su relación con algunos curas de las villas de emergencia, quedaban demasiado expuestos a la paranoia de caza”.

Su primera noche

La pompa que rodeó su selección fue solamente el comienzo de unos días excepcionalmente ajetreados para el Papa Francisco. He aquí una mirada a su primera noche, y a lo que sigue.

LA SELECCIÓN
Desde el momento que profesa “Acepto”, en latín, frente a sus colegas cardenales en la Capilla Sixtina, el empleo es suyo, y comienza desde ya.
Según la tradición, su primer acto es declarar el nombre elegido como el 266vo. Pontífice de la Iglesia católica. Una vez hecho eso, es llevado a la Habitación de las Lágrimas, justo debajo de la Capilla Sixtina, para vestir su ropaje blanco.
Desde el lunes, la víspera de comenzar el Cónclave, tres vestimentas blancas -de tamaño pequeño mediano y grande- han sido colgadas de un perchero en esa habitación. Siete pares de zapatos rojos aguardan en cajas blancas para que los pruebe el nuevo Pontífice.
Por tradición, ya vestido de Papa, el nuevo Pontífice regresa a la Capilla Sixtina, donde el resto de los Cardenales juran obediencia al nuevo sucesor de Pedro.

PRÓXIMO PASO
Poco antes de que Benedicto XVI abandonara el papado el mes pasado, el primer Papa que deja el pontificado en 600 años, agregó otro paso en el ritual antes de que un Cardenal entre en la logia central, o balcón, de la Basílica de San Pedro para anunciar el nombre del nuevo Papa. El nuevo Obispo de Roma rezará en solitario en la Capilla Paulina, decorada igualmente por Miguel Ángel y menor que la Capilla Sixtina.

RECIBIR A LOS FIELES
Luego viene saludar a los fieles en la Plaza de San Pedro.
“Hermanos y hermanas, buenos días”, dijo Francisco a los congregados en su primer comentario como Pontífice. “Saben que el trabajo del Cónclave es designar al Obispo de Roma. Al parecer mis hermanos cardenales acudieron a buscarme al fin del mundo. Gracias por su bienvenida”.
EL PRIMER DÍA COMPLETO
Como vocero del Vaticano, el reverendo Federico Lombardi, dijo a los reporteros horas antes de la elección que depende del nuevo Obispo de Roma fijar la agenda de trabajo. Según la tradición, oficiará misa el jueves en el altar ubicado frente al mural del “Juicio final” de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, con el resto de los Cardenales. En su primer día completo como Papa rezará igualmente en la basílica romana de Santa María la Mayor. El cardenal Timothy Dolan dijo que Francisco dijo a los cardenales que visitaría a Benedicto XVI el jueves.

¿DÓNDE VIVE?
Lo que haga depende de su voluntad. Quizá retire los sellos del apartamento papal si desea trasladarse cuanto antes, aunque el Vaticano dijo que en caso de que el lugar necesite algunas reparaciones, los primeros días del papado quizá sean el momento adecuado para hacerlos.
El apartamento fue sellado el 28 de febrero, después que Benedicto XVI abandonó el Vaticano para pasar sus últimas horas como Papa en Castelgandolfo.
Empero, la suite papal de tres habitaciones, la número 201 de Santa Marta, el modesto hotel dentro del Vaticano, le aguarda igualmente en su primer día como Pontífice.

DESPUÉS
Los dos primeros días Francisco quizá haga sus primeros nombramientos. Cuatro días después de que Benedicto XVI fue elegido, se reunió con los medios de comunicación y les agradeció la atención prestada en las semanas anteriores, incluyendo la muerte y el funeral del Papa Juan Pablo II.
El domingo -tras dos jornadas dominicales sin Papa en la ventana de su aposento y la tradicional bendición a los congregados en la Plaza de San Pedro- Francisco hablará a los fieles.

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