Antes de ser el papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio dio los primeros pasos hacia la canonización de seis clérigos asesinados en julio de 1976 cuando la dictadura argentina comenzó a matar a miles de personas por considerarlas “subversivas”, informó el Vaticano.
De acuerdo con el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, Bergoglio aprobó la causa de beatificación de Carlos de Dios Murias, un sacerdote franciscano a quien le fueron arrancados los ojos y mutiladas las manos en la provincia argentina de La Rioja.
Bergoglio apoyó también la investigación con miras a canonizar a un cura y a cuatro seminaristas asesinados en la iglesia de San Patricio, en Buenos Aires.
El padre Alfredo Kelly y los seminaristas Alfredo Leaden, Pedro Dufau, Salvador Berbeito y Emilio Barletti fueron asesinados a tiros por un escuadrón de la muerte que escribió grafitos en los que afirmaba que estos homicidios eran en venganza por un atentado dinamitero atribuido a guerrilleros de izquierda.