En Celaya no quieren que haya ni una mujer más abusada, violentada o víctima de la delincuencia al subir a un taxi, por ello el colectivo ‘Ni una más’, presentó un proyecto a las autoridades en materia de vialidad y a los líderes de asociaciones de taxistas para erradicar estos hechos.
La reunión surgió como iniciativa de la Dirección de Transporte y Vialidad, luego de las denuncias expresadas en redes sociales acerca de los supuestos abusos cometidos en contra de mujeres por algunos taxistas, a quienes incluso se les acusó de tener nexos con el crimen organizado.
María Esther Gasca Yerena, representante legal provisional de ‘Ni una más’, presentó a las autoridades y a los líderes de taxistas el programa de prevención de violencia: ‘Por un transporte sin violencia’, el cual consiste en acercar capacitaciones y pláticas de concientización a los choferes de taxi.
Quienes asistan a las pláticas y cursen sus capacitaciones se harán acreedores a una especie de tarjetón o estampa oficial con la leyenda: “En mi taxi no permito la violencia contra las mujeres”, que podrán llevar visible en su vehículo.
La intención es que las mujeres tengan la seguridad de que al abordar esa unidad no correrán ningún peligro, expresó Esther Gasca.
“Al menos yo como usuaria me sentiría más segura al ver que un taxi lleva esta estampa, porque me da el indicativo de que es un taxista consciente de la situación y comprometido con la seguridad de sus pasajeras; esa es la idea y creemos que así las mujeres pueden sentirse más seguras”, dijo la activista en la presentación.
Los líderes de taxistas aceptaron que hay choferes que violan la legalidad de una u otra forma -aunque no son todos, aclararon- y que por ello están completamente dispuestos a colaborar con el proyecto que todavía es un previo.
Sólo pidieron la anuencia a Tránsito del Estado para llevar el tarjetón visible, pues hay algunas restricciones al respecto.
Y enfatizaron que los taxis verdes ‘independientes’ son los que más preocupan, pues no están apegados a ninguna asociación y, por tanto, no hay quién vigile su comportamiento.

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